Misión Rango E: Niñera Mágica.

Me encontraba vagando por las calles de Magnolia, cómo siempre solía hacerlo, aun que no cansado ni haragán como solía ser, es mas, me encontraba lleno de energías, al igual que mi compañera Yu, los dos nos encontrábamos muy enérgicos caminando por las calles de Magnolia, buscando algo que hacer, claro, habíamos vuelto de una misión bastante interesante, y se había vuelto algo muy divertido esto de hacer misiones, y ahora volvíamos por mas. Seguramente la suerte nos acompañaba, puesto que en frente de nuestros ojos, un cartel parecido al de las misiones se encontraba en una pared, esta solicitaba de un niñero, aun que de advertencia ponía, que fuese mago, quizás era un bebé mitad monstruo o algo así, el punto es que la arranqué de la pared y se la enseñé a Yu.

- Mira Yu, trabajo -

Yu: Hum... Se ve bien... Aun que para pedir magos debe ser algo peligroso... Aun así tu serás el niñero, así que suerte.

Bien, Yu no siempre era de apoyar al momento de hacer las misiones, pero al momento de estar en la misión si daba el 100%, aun que un poco de apoyo moral no siempre estaba mal, de todas formas, ya era costumbre esa actitud suya, por lo que no quedaba mas que ir al lugar de la misión, según el cartel, se trataba el hogar de una maga santa... Maga santa, ni idea de lo que eso era, quizás era una maga buena o algo así, una maga virgen no creo, ya que claro, si pedía cuidar de su hijo, ya debería haber echo "eso".

Al rato de caminar, llegamos a su casa, y sin demora toqué a su puerta, mientras Yu permanecía en mi cabeza, tras unos segundos, la puerta se abrió por completo, pero de una manera fuerte, golpeando la pared que se encontraba a un lado de esta y trizándose tanto la puerta como la pared, al otro lado, se encontraba una chica, alta, de cabellos azulados, portaba una vestimenta bien preparada junto con una espada enorme en la espalda, en sus brazos cargaba un niño, el cual emanaba un poder mágico tremendo.

???: ¿Qué quieres?... Si vienes por la misión, toma a mi bebé... Ten cuidado, no siento un gran poder mágico de ti, pero servirás, ahora debo salir a una misión, mi marido está por lo visto en peligro, es un Mago Crash, por lo que su hijo a salido a el, ten cuidado.

Dijo mientras me hacía entrega del bebé y sin mas se fue a gran velocidad, no alcancé ni a parpadear y ya la había perdido de mi vista, mientras el bebé permanecía en mis brazos, para luego comenzar a reír, mientras de un suspiro por parte de mi compañera, entrábamos a la morada, esta era... Cómo decirlo, algo enorme, por lo visto era una de las residencias mas grandes de Magnolia, simplemente se veía fácilmente como un palacio, tenía lleno de cosas, aun que... Sinceramente el 99% de ella ni idea de lo que eran, habían cajas de pantalla negra que con botones aparecían personas, cajas mas largas blancas que dentro portaban comida, cajas mas pequeñas que emitían voces humanas y muchas cosas así.

A los pocos segundos, terminé por sentarme en un sofá, sin apartar la vista de esa caja de pantalla negra, aun que ya no era de pantalla negra, si no que ahora aparecía una chica de senos grandes vendiendo unos productos algo raros, de funcionamiento dudoso y pues, no se veían muy convincentes, pero por algún extraño motivo, una fuerza invisible y desconocida me tentaba a tomar aquel artefacto pequeño con números y apretar una cantidad en específica de números, pedir lo que sea que ofrecía la chica y dejarlo tirado por ahí, simplemente no lo hice por no tener el dinero, claro está.

- Ah, bebé, esta es Yu, mi compañera... Yu... Salúdale -

Yu: Hola.

Dijo mi compañera, un simple y común "hola", sin siquiera cambiar esa expresión algo siniestra del rostro, el bebé simplemente, de pasar de estar con su intenso reír, a una expresión algo mas... Triste, inclinando las cejas hacia atrás, curvando la boca hacia arriba, para luego cerrar los ojos con fuerzas y abrir la boca, quebrando en llanto, mientras muchas gotas caían de sus ojos, provocando que la casa comenzase a temblar de una manera muy tenebrosa.

- ¡Pero que diablos hace! ¡Yu, que has hecho! -

Yu: ¡Qué no he hecho nada! Solo le saludé.

Dijimos mientras el bebé salía despedido, cayendo en el sofá, sin hacerse daño en el tránsito, mientras tanto yo igual salí hacia atrás, pero esta vez impactando contra una pared, destruyéndola y quedando bajo unos pedruscos, Yu de un salto quedó sobre un estante, mientras de una exclamación llamaba a mi nombre, claro, por preocupación debería ser, pero sin demora, salí de entre los escombros, sacudiendo mi ropa, pero aun me encontraba algo sucio por el polvo que la pared provocó.

- Joder... Este bebé si que causa problemas... A ver cómo le cayo... -

De pronto, unas voces se hicieron presentes, eran las flores y plantas del hogar, claro, si la mamá del bebé no me daría las instrucciones, aquellas flores y planta, que viven todos los días en la morada y ven como se cuida al bebé, de seguro deberían saber cómo tratarlo, y claro, por qué no, podría pedirles consejos de todo lo que hay que darle y hacerle al bebé para que estuviese en condiciones óptimas para cuando su madre llegase de aquella misión.

- Entonces... ¿Debo meter el biberón en esa máquinas... Cambiarle el "pañal" que son esos calzones que lleva, ponerle de ese polvo que dice talco y ponerle un calzón nuevo... Luego tomar el biberón, dárselo, golpearle en la espalda y sería? -

Dije recordando, para luego, con mucho esfuerzo comenzar a acercarme al pequeño bebé calvo, con apenas unos dientes y claro, un pañal lleno de problemas. Pero como niñero, debía cuidarlo y por mas poder mágico que tuviese, me acerqué igual, al punto de alcanzar a tomarlo y comenzar a mecerlo, en la caja negra había un programa donde mecían al bebé, además, cuándo pequeño recuerdo que lo árboles hacían eso conmigo cuándo tenía miedo, así que quizás así el bebé se calmaría.... O eso esperaba.

- Yu... Ve a calentar el biberón... Yo... Yo le cambiaré el pañal -

Dije mientras mi compañera me observaba como si ahora estuviese apunto de hacer una completa hazaña heroica, y es que lo era, debía quitar aquel calzón sucio y apestoso, lleno de un líquido extraño, además de tener manchas café, de seguro ser madre es un trabajo difícil, algo que realmente me traía nostalgia, pero no era momento de sentimentalismos, debía tratar al bebé cuántos antes mientras Yu corría al refrigerador, le abría como pudiese, tomaba el biberón y lo colocaba en una máquina algo extraña.

Al tiempo que ella hacía eso, yo dejé al bebé sobre una tabla, y con una mascarilla de por ahí, comencé a despojarle del calzón, claro, todo mientras sentía la presión de empuje producto de su poder mágico. Al final, cuándo por fin logré quitarle el pañal, lo arrojé a los desechos, y de ahí tome el "talco", como no sabía como usarlo, simplemente lo apreté fuerte para que de este saliese un polvo blanco, con el cual tanto el bebé como yo quedamos blancos, provocando unas cuántas risas y por tanto que el bebé parase de llorar.

- Ya estás mas de ánimos ¿Eh? bebé -

Dije mientras comenzaba a ponerle el pañal, al tiempo en que Yu llegaba con el biberón entre los dientes, este se encontraba caliente, pero en Yu no se veía así, claro, su rostro inexpresivo dejaba algo confuso si estaba caliente o no, aun así lo tome con cuidado, con agua fría le enfrié el biberón, para al final dárselo al bebé, mientras le terminaba de poner el pañal.

Al rato, el bebé ya estaba tranquilo, o eso creía yo, ya que al rato comenzó a llorar nuevamente, esta vez, producto de lo que comúnmente llaman gases, pero sabía que hacer, las flores me habían dicho perfectamente este paso, debía darle golpes en la espalda, por lo que con mi mayor esfuerzo, tomé al bebé en brazos, por la fuerza ya tenía varios golpes producto de cosas voladoras, con algunos rasguños en la ropa, pero ya en mis brazos, sin medir mi fuerza le golpee en la espalda, esto provocó un fuerte eructo que destruyó mas de una simple pared.

- Este bebé en un futuro será bastante peligroso.... Será genial -

Dije algo herido, mientras el bebé comenzaba a reír, rápidamente le dejé en su cuna, mientras comenzaba a ordenar un poco la casa, con la ayuda de Yu, la cual permanecía lo mas alejado posible del bebé, este ya se encontraba tranquilo con el chupón en su boca, de seguro había que ser bastante testaruda para ser la madre de este chico, el sólo imaginarme por todo lo que debería pasar su madre... Realmente debería ser divertido criar a aquel bebé, por mas ruidoso y destructivo que fuese, realmente debería ser divertido el intentar cuidarlo.

No pasó ni siquiera una hora, cuándo el bebé entro en un llanto catastrófico, las plantas entraron en un estado de miedo mientras gritaban "Es el final", cuándo me di vuelta para observar al bebé, Yu se encontraba sobre su cuna observándole, de seguro le había asustado de nuevo, pero esta vez era mucho mas ruidoso que antes, cosas tan pesadas como aquella caja blanca con comida salía volando e impactaba con todo, mientras las paredes comenzaban a trisarse de una manera horriblemente.

- Qué... Está pasando -

Yu: Dango... Hay que hacer algo, si esto sigue así... La casa se derrumbará.

Derrumbarse, y por tanto, con nosotros dentro y claro, ya había comenzado, puesto que cosas comenzaban a romperse, desde cosas pequeñas a algo mas grandes y complejas, como lo era la caja de pantalla negra, yo simplemente me quedé anonado, observando como todo era destruido y claro, por la simple impresión, habían cosas que me golpeaban, ocasionando algunos daños extras, ahora si que no sabía que hacer... Pero esperen, soy Dango, siempre sé que hacer, así que me las ingenearía como sólo yo sé para calmar al bebé.

Aun no sabía cómo detener al bebé, su llanto era lo mas poderoso que hasta ahora había visto, era cómo si un dragón estuviese rugiendo dentro de la casa, pero todo ese poder dentro de un pequeño y no tan indefenso bebé, pero debía hacer algo rápido, aun que no lo pareciese, siempre me tomo los trabajos muy en serio, y este en específico era cuidar a aquel bebé y eso haría, pero era algo difícil como todo volaba, al punto, estar tan concentrado pensando en como detener su llanto, que no me fijé en que aquella caja blanca que almacena comida voló rápidamente donde me encontraba, golpeándome y provocando que impactara con una pared.

Yu: ¡Dango!

Grito mi compañera, al ver cómo la pared se destruía sobre el aparato y por consiguiente conmigo, pero nuevamente me levanté, con un hilo de sangre corriendo por mi frente, junto con otro hilo que corría por debajo de mi ojo izquierdo, para observar ahora como el bebé tomada su biberón y lo arrojaba con mucha fuerza contra mi, apenas alcancé a esquivar, pero detrás, el biberón estalló, derramando la leche en el suelo. Ahí, sin mas me encabrone, no podía permanecer de pie, por lo que me quede arrodillado al piso, pero aun así, levante mi brazo y golpee el piso con la mayor fuerza que poseía, bajando la cabeza sin dejar ver mi rostro.

- ¡Cierra la boca, idiota!... ¿Acaso no ves todo lo que provocas?... Destruyendo el hogar que tus padre con mucho esfuerzo, sudor.... E incluso sangre han sacrificado para que estés en buenas condiciones, y tu, por tus arrebatos para llamar la atención lo destruyes así nada mas... ¡Detente! ¿Qué acaso no lo vez?... Aquel biberón, que con esfuerzo mi compañero hizo para ti ¿Así es cómo le agradeces?... Posees un enorme poder, aun mayor que el mío, pero lo usas para destruir, y no debe ser así, no uses tu poder para romper, si no para armar.. -

Dije al tiempo en que levantaba el rostro, dejando ver toda aquella sangre escurrir. Hablaba cómo si el bebé me entendiese, pero por algún motivo, cuando grité, tanto el bebé cómo Yu se callaron, y escucharon atentamente, cada palabra, y el bebé, simplemente me quedó observando, cómo si hubiese recapacitado.

- Desearía tener una familia como tu, eres el hijo de una maga muy poderosa, pero al hacer todo esto sólo harás que sienta vergüenza... Cuándo seas mayor, espero verte cómo un fuerte miembro de algún gremio... Ese día te estaré esperando bebé -

Dije finalmente, mientras me levantaba y sacudía mis ropas, mientras Yu se acercaba a secarme la sangre, con mis mayores fuerzas, intenté recoger todo... Pero primero tomé el biberón, el cual con cola y cinta adhesiva intenté reconstruirlo, para darle nuevamente su leche al bebé. Todo se había calmado nuevamente, y sólo quedaba esperar a su madre.

Unas cuantas horas de silencio pasaron, el bebé se encontraba atónito, quizás mis palabras realmente las había entendido, quizás, ya que claro, sólo era un bebé, pero eso yo no lo tenía en vista, simplemente hablé como lo hubiese hecho con cualquier otra persona, y aun que no debiese ser, en mi rostro la misma sonrisa de siempre se veía dibujada. Así pasó el tiempo y la puerta fue abierta, dentro estaba hecho todo un desastre, pero yo me encontraba en el sofá, sentado junto a Yu y el bebé.

Maga Santa: ¿Causo muchos problemas Otonashi?... Ya vez por que necesitaba de un mago, aun que lo has hecho muy bien.

Esposo: Bien mocoso... Toma el dinero y vete...

- Lo sé... Fue un gusto cuidar de su hijo, espero que de ahora en adelante no cause mas problemas... Señor y Señora... Amm... ¿Magos Santos?... Cómo sea... Tengan un buen día.

Yu: Un gracias sería lo mínimo...

Así, me acerqué a la señora y esta me hizo entrega de unos cuántos Jewels, mientras tomaba mis cosas, Yu saltaba a mi cabeza y daba una última vista al bebé, haciendo una seña con la mano, con la misma sonrisa tranquila y serena de siempre, mientras decía algo en voz baja, algo que el bebé si escucharía, para luego darme vuelta y salir del mismo modo como entré.

Bebé:... Dan... Dango...

Fueron sus primeras palabras, pero yo ya no estaba ahí para escucharlas, ya me encontraba caminando sin rumbo nuevamente... Mejor dicho, con un rumbo en específico, la pizzería, era hora de celebrar por un buen trabajo hecho sólo como yo sé hacerlo, comiendo lo mas delicioso del mundo.

Misión Finalizada.