Misión rango E: Buscando a un Minino

por **Kallen Kozuki** Sáb Ene 21, 2012 11:24 pm

Hermoso día en la ciudad de Magnolia, soleado, con una brisa fresca para algunos, y el pólem de las flores primaverales inundando el aire, el que se haya acabado el invierno en aquella localidad ponía de un humor mucho más alegre que el de costumbre a la pelirroja, aunque para los alérgicos era un día terrible. Se había propuesto hacer otra misión, una que no requiriera mucho, más bien, la quería tomar nada más para matar el tiempo, por lo que tomó una misión que no requiriera salir de magnolia: Encontrar a un gato y devolvérselo a una chica, algo así trataba. Era cierto, la pelirroja no se llevaba muy bien con los gatos, quién sabe por qué. Le parecían mañosos, perezosos, desleales, con complejo de dioses, y por sobre todo ágiles y manipuladores, más de una vez se vio engañada por un felino y sus grandes ojos llorosos, todo para conseguir comida.

Debía encontrar a la niña en una casa llamada "Takahashi", en una de las calles por las que Kallen casi nunca pasaba, no daba realmente a ningún lugar interesante, por eso mismo. Pero al llegar a la intersección de esa calle, vio otro de los motivos por que casi no entraba allí: Era una calle de puras casas gigantes y caras, que a pesar de que la calle era sumamente larga sólo habían 4 casas. Era el lugar donde vivían las 4 familias más ricas de Magnolia, y la hija de una de las familias había pedido el encargo al gremio... Quién lo diría.

Caminó sorprendida por la calle, rompiendo un poco el silencio de la calle con sus ruidosas zancadas, admirando la arquitectura y los jardines de aquellas casas, hasta que por fin llegó al frente de la casa -o mas bien, mansión- Takahashi, tocando el ruidoso timbre, el cual reproducía Für Elise de Bethooven en piano. Era demasiado costoso, demasiado glamuroso para una persona de clase baja como lo era la pelirroja, pero intentó opacar aquellas ganas de gritar como niña sorprendida por juguete nuevo.

~¿Quién es?- sonó una voz masculina desde la máquina donde había tocado el timbre.

~S-soy Kozuki Kallen, de Fairy Tail...

~Ah, ¿Viene por el encargo de Naomi-hime? Adelante...

Se comenzó a abrir lentamente el portón de la mansión, hasta quedar de par en par, allí fue que la pelirroja se atrevió a pasar. En parte se sentía un poco intimidada por tantos lujos en un mismo sitio, ¿Y qué si terminaba rompiendo algo? Pero al final solo venía a recibir instrucciones, así que no iba a ser muy difícil permanecer allí aunque sea por un momento, mientras la chica que pidió el encargo le daba instrucciones. Se encontró con uno de los sirvientes a la mitad del jardín, el cual sin mediar palabras la guió hasta el vestíbulo, el cual parecía hasta más grande que su propia casa; se sentó en uno de los caros muebles, algo nerviosa, y esperó.

por **Kallen Kozuki** Dom Ene 22, 2012 6:48 am

Una niña de cuando mucho 10 años, con el cabello castaño y rizado, y un atuendo muy parecido a un cosplay de Lucy Heartphilia llegó al vestíbulo, con un pequeño grito de emoción. La pelirroja dio un respingo ante aquel gritillo de quién sabe si emoción, y se levantó junto al respingo, era algo así como una señal de respeto. La niña apenas y sobrepasaba la cintura de la pelirroja en estatura, incluso aunque las botas de combate que cargaba eran de suela no tan alta. La chica corrió a pequeños pasos hacia la pelirroja, y la sostuvo de los antebrazos, sacudiéndola con una fuerza increíble para su tamaño y edad.

~¡Una maga, realmente es una maga de Fairy Tail!- dijo la niña super emocionada, sacudiendo a Kallen de adelante hacia atrás.

~Ehm si, soy una maga de Fairy Tail...- dijo la pelirroja con una sonrisa tonta y una gotita cayendo por su frente.

~¡Genial, genial!- la chica se alejó un poco de la pelirroja y aplaudió repetidas veces, justo antes de dirigirla la mirada por completo a la pelirroja -Bien bien, Kallen de Fairy Tail, lo único que le he pedido hacer será encontrar a mi Gazi-Chi, ¿Ok ok? Le hice un dibujo de como es, vea vea.-

La niña sacó de su bolsillo un trozo de papel doblado y lo desdobló ante la pelirroja, mostrándolo orgullosamente. Era el dibujo de una salchicha con 4 patas, un gusano en la parte de atrás y la cabeza de un gato por la parte de adelante... Bueno, en consistencia no estaba muy bien dibujado, pero mostraba las características físicas del gato, o algo así. Pelaje gris, ojos escarlata y un pendiente en la oreja izquierda... ¿Eso era un tornillo? Bueno, lo parecía.

~Está bonito, ¿Verdad verdad? Es para ti...- dijo la niña con una gran sonrisa, y los pómulos algo rosados.

~Si si, ¡Es Hermoso!- La pelirroja tomó la hoja de papel como un gran tesoro y lo miró ilusionada, la verdad la chica sabía dibujar mejor que ella -¡Recuperaré a tu gatito, ya veras!

Veinte minutos más tarde, la pelirroja ya se encontraba fuera de la mansión, comenzando a recorrer magnolia y a buscar al felino con detalle, primero debía empezar por el lado en que estaba, el lado este. Aunque realmente no se llevara bien con los gatos, el rostro de esa niña millonaria le enterneció lo suficiente como para decidirse por completo a encontrar a aquel gato, tanto así que no le importaría recorrer toda magnolia 3 veces para encontrarlo.

~¡Gazi-chi!- gritaba rompiendo el silencio de algunas calles, como si se tratara de un humano y le pudiera entender -¡Ven acá, gato de los tornillos!

por **Kallen Kozuki** Mar Feb 07, 2012 6:25 pm

Pero el andar gritando de aquí para allá y a todo pulmón el nombre del felino quizás no lo atraería a ella, y mucho menos si la pelirroja era una desconocida para el gato, quizás y hasta hacía que el gato huyera de ella. Se dio cuenta de esto ya a las 2 horas de haber estado caminando y gritando "Gazi-chi", hasta recorrer media magnolia, sin olvidar ningún callejón y ninguna vereda de aquella mitad. Así que, en medio de un callejón se detuvo y, limpiándose el inexistente sudor de su frente, suspiró. Necesitaba un nuevo plan, algo mucho más eficiente que el solo andar gritando por allí, despertando miradas de extrañeza ajenas.

~Joo...- se estiró un poco, y justo después comenzó a rascar su nuca, con gesto algo pensativo pero despreocupado -Por eso es que no me gustan los gatos, son tan escurridizos...

Se sentó allí mismo, en aquel callejon iluminado sólo por el sol, apoyando su espalda a una de las paredes, con una de sus piernas extendidas y la otra semi flexionada y mirando el cielo, como en busca de una respuesta, como si la idea que generara el nuevo plan le fuera a caer del cielo... Y así lo hizo. Se levantó como si un rayo le hubiera caído, y con el índice apuntando al cielo y los ojos como platos, ese era uno de sus gestos cuando una idea le había llegado.

~¡Eso es!- Golpeó su ahora puño derecho con su palma izquierda -A los gatos les gusta el pescado, ¿No? ¡Lo atraparé con pescado!

Sonrió como si se tratara de un triunfo. Su nuevo plan era ese, conseguir algo de pescado del barato, preferiblemente atún enlatado o sardinas y en la tienda de víveres más cercana; y luego colocarla como señuelo para que el gato de los tornillos pudiera venir hacia ella. No pensaba nuevamente preseguir gatos, así que mediante sus encantos femeninos y -solo si la primera opción no funcionaba- dinero, iba a conseguir el pescado para atrapar al gato, aquel felino que la niña de la casa gigante adoraba.

por **Kallen Kozuki** Sáb Abr 07, 2012 5:14 pm

Dio un portazo al entrar a la tienda, la brusquedad era señal de inspiración y confianza para la pelirroja. Al parecer no se dio cuenta de su acto algo escandaloso, incluso aunque causara una cara de extrañeza al dependiente de la tienda, de una nacionalidad desconocida, y aquel hablaba un idioma extraño y tenía los ojos algo estirados y pequeños. El dependiente le gritó algo en ese idioma extraño, alzando el puño, pero Kallen no hizo más que torcer la cabeza un momento con gesto curioso, pero luego se sacudió, y se acercó al hombre extranjero.

~Necesito dos latas de atún, ¡Ahora!

El hombre la miró extrañado, y luego de procesar un momento las palabras de la pelirroja, sacó de su mostrador dos latas de pescado, no era atún ni mucho menos, eran sardinas enlatadas. Pero eso serviría, al fin y al cabo era pescado, ¿Verdad? Le dejó unos cuantos jewels en el mostrador, el mismo valor que costaban las sardinas, y salió corriendo de la tienda a velocidades sobrehumanas, dejando atrás al hombre extranjero de acento raro y rostro extrañado.

Con unas cuantas agujas rojas destapó las latas, aunque sus tapas estaban tan agujereadas que parecían hechas de queso suizo. Sin embargo no le costó armar una trampa simple para gatos: una caja sostenida con una vara, y un poco de pescado bajo la caja. En cuanto el gato de la chiquilla pasara por debajo de la caja a comerse el pescado, ella halaría la vara, y el gato quedaría atrapado bajo la caja, ¡Era brillante! Ahora solo tendría que esperar.

por **Kallen Kozuki** Jue Abr 12, 2012 11:58 pm

Pero no se imaginaba que debía esperar tanto. La pelirroja no tenía idea de cuanto tiempo llevaba allí, si segundos, minutos, horas o días, pero ni una señal de vida pasaba por el callejón donde "estratégicamente" colocó la trampa para el gato. Solo una vez logró asomarse un gato pardo de ojos verdes por el callejón, y pasó la trampa por alto como si solo se tratara un arbusto en el paisaje, no le prestó atención al inundante olor a sardina que emergía bajo la caja. Kallen no se había esperanzado realmente, ya que no era el gato que buscaba cazar, pero el solo ver como un mismo espécimen de la criatura que buscaba ignoraba la trampa de esa manera, la hizo deprimirse. Después de todo, el cielo se estaba oscureciendo.

~Ya está...- se levantó de detrás de las cajas en las que se ocultaba -La trampa no funciona, perdí todo el día de hoy...

Rascó su nuca y suspiró en gesto de decepción por si misma. Al final no se le ocurría otra brillante idea, así que decidió simplemente levantar la caja y dejar el atún a la intemperie, de seguro algún animal de ese callejón tendría realmente hambre, y por lo menos allí había un poco de comida. Dejó a un lado la caja, la rama y el hilo, y se dio la vuelta para ir nuevamente a casa de la niña, y notificar su misión como fallida.

Pero el sonido de unas patas tocando el suelo y luego el de las sardinas moviéndose le hizo detenerse. Se dio la vuelta muy lentamente y allí estaba, si no era el que estaba buscando era su hermano gemelo, un clon o algo así, pues era completamente igual. El rostro de la pelirroja se iluminó. Intentó acercarse lo más posible sin hacer ruido, pero apenas avanzó unos tres pasos el felino levantó la vista, y luego de mirar fijamente por unos segundos a la pelirroja, comenzó a caminar hacia la salida contraria del callejón.

~¡Nonononono no te vayas!

por **Kallen Kozuki** Vie Abr 27, 2012 7:27 pm

El felino saltó sobre un par de cajas, luego sobre una ventana abierta y caminó dócilmente por una cañería contra las lluvias hasta llegar al techo de uno de los edificios que daba con el callejón... A la pelirroja se le hacía olvidado cuánto le disgustaban los gatos domésticos. Éste, cuando ya estuvo en el techo del edificio, se dio la vuelta exclusivamente para mirar a la pelirroja, luego le despreció con la mirada y se alejó con la cola erguida, en un gesto snob. La pelirroja frunció el ceño.

~Condenados felinos del infierno... Que los Otros se los lleven...

Susurró con rabia la pelirroja. Decidió seguir al gato por sobre el edificio, a fin de cuentas si intentaba seguirle el paso por tierra lo perdería en cualquier momento. El problema es que la pelirroja no era muy ágil en cuestión de escalar. Se quitó lo más rápido que pudo las botas de obrero que cargaba, y descalza comenzó a escalar intentando imitar los pasos del gato: saltó por un par de cajas, luego a una ventana abierta, y luego se subió a través del mismo marco de la ventana, y gracias a sus alargados brazos logró sujetarse al techo, y con un impulso se subió.

Pero lo que le terminó de irritar fue que, justamente sobre el techo del edificio, el gato se estaba limpiando con la lengua las partes a las que no llega el sol. Alzó la mirada hacia la pelirroja mientras terminaba de subirse al techo, y antes de que ésta pudiera incorporarse para continuar, el gato se levantó de lo más normalmente y continuó, saltando al siguiente edificio. Kallen, luego de quedar de pié sobre el techo plano de aquel edificio, tomó el impulso suficiente como para saltar al siguiente.

Y así continuó por 4 edificios más, ya la pelirroja estaba cansándose, y tenía unos pocos raspones en las plantas de los pies. El gato volvió a bajar del edificio en el que ahora se encontraba con un par de saltos hacia abajo, sin siquiera esperar a que la pelirroja recuperara un poco el aliento, por lo que ésta tuvo que seguirle lo más rápido posible, con tripas por corazón.

Pero cuando logró bajar no se encontró precisamente la vista que esperaba. El felino gris que había ido a buscar estaba dentro de una caja que daba con uno de los lados al suelo, lamiendo la frente de una felina hermosa de pelaje azul y ojos café, con una especie de rayos de pelaje amarillo adornando su cabeza. ¡El gato estaba enamorado! Y no solo eso, cuando logró acercarse, oyó unos pequeños maullidos de gatitos bebés viniendo desde la caja, algunos de pelaje azul, otros de pelaje plata con gris y un único gatito de pelaje naranja como el fuego.

~Conque por eso te escapas tanto, tienes familia...

La pelirroja estaba por completo conmovida. El gato gris llamado Gazi-chi le miró con sus ojos rojos imponentes y se acercó a la pelirroja, restregándose contra su pierna en gesto cariñoso. ¿Qué significaba aquello? Quizás el gato fuera demasiado inteligente e intentara comunicarle algo, quizás solo estuviera jugando. Le daba algo de remordimiento llevarse al gato así como así, y dejar a su pequeña familia abandonada, pero tampoco quería dejar el gato allí y decepcionar a la pequeña Naomi. Se sentó junto a la caja, acariciando suavemente a Gazi-chi.

Se levantó como si le hubiera caído un rayo luego de unos cuantos minutos, y súbitamente tomó la caja con ambas manos, y comenzó a correr con ella, intentando no moverla demasiado para no despertad a los gatitos de adentro. La madre estaba alterada, pero no se atrevía a salir de la caja, al parecer no le gustaba mucho esa clase de transportes. El gato gris siguió a Kallen pisándole los talones, sin siquiera bajar o subir el paso, o intentar hacerle algo agresivo a la pelirroja. Pero la madre de pelaje azulado le arañaba las manos mientras corría, le ardía.

Llegó jadeante a la casa -o mas bien mansión- de la chica que había solicitado la misión. El gato gris se paró junto a ella, sin siquiera el rostro alterado, pero aún así la gata de pelaje azulado le continuaba arañando, ya la pelirroja tenía las manos completamente rojas de arañazos. Tocó una y otra vez el timbre para que le abrieran, aún jadeante, y mas o menos a la octava vez es que contestaron.

~¿Si, diga?

~¡Abran rápido, es Kallen Kozuki!- aún jadeaba -¡La que traería al gato de la chica! ¡Abran!

Su voz parecía un poco quebrada debido al dolor y ardor de sus manos, pero al fin y al cabo el gritar había valido la pena, pues abrieron la puerta automática de inmediato. Corrió aún con la caja en las manos hasta la entrada de la mansión, cruzando todo el jardín, pero ya la felina le había dejado de herir, solo seguía en la caja, algo desconcertada. Empujó la puerta con un costado, y en la misma sala de estar, justo sobre uno de los caros muebles colocó la caja, y se comenzó a examinar las manos con gesto de dolor. No se había dado cuenta que la chiquilla estaba allí, con una especie de muñeco de Gazille Redfox, el Dragon Slayer del Metal.

~H-has vuelto... -La chica fijó sus ojos en la pelirroja que aún se besaba a si misma las manos, y luego vio hacia la caja, el gato gris se encontraba de nuevo dentro lamiendo la frente de la gata azulada -Y sí has traído a Gazi-chi...

La pelirroja asintió, pero la chiquilla ni se volteó a verla. Se acercó a la caja y examinó a cada uno de los gatitos, 5 en total, aunque sin tomarlos por respeto a la madre. Luego observó a la gata y por último a Gazi-chi, que éste cuando hizo contacto visual le saltó en brazos, restregándose cariñosamente de su dueña. La pequeña sonrió con una pequeña capa rosa cubriendo sus mejillas, y asintió.

~No solo me trajiste a Gazi-chi, sino a su esposa y a sus hijos... ¡Es mas que cumplida esta misión!

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