Lacryma Malldita

Matar algunas criaturas malignas y destruir una lacrima que alguien dejo llena de agua maldita?, pan comido, solo tenia que ir preparado para lo que fuera, criaturas malignas generalmente son energía oscura, sonreí un poco mientras preparaba todo en mi cabeza. Eclipse aulló a mi lado, la noche ya había comenzando y el se volvía de sombras, esto me daba cierta ventaja táctica, ahora disponía de un extra de energía sagrada con la que contar. Sonreí, esta seria un noche muy larga.
Llegue al borde del bosque mientras pensaba en una forma de encontrar aquel lugar sin perder tiempo, tal vez crear un artefacto que encuentre el mal, eso no serviría, todo el bosque podría estar infectado y yo solo correría en círculos por horas, tal vez podría usar un rasgo, sabia de unos lentes que me darían ojos que ven el mal, pero eso no me duraría mucho, tal vez lo mejor era simplemente entrar y matar todo ser oscuro hasta cruzarme con la fuente y volarla en podases. Pero antes...

– old stories – murmure creando una carabina en mis manos, se veía vieja y algo maltratada pero era mejor que nada o por lo menos solo hacia falta que yo – New legends – volví a mencionar en ese tono tan cargado de magia mientras el fusil brillaba y volvía a su antigua gloria.
La apoye en mi hombro y comencé a caminar con mi atención en todo lo que me rodeaba, el bosque era denso, pero encontré un camino por el cual seguí, si en algún lado hay un artefacto de esos tiene que tener cierta protección, después de todo solo es una maldita esfera, suspire mientras recorría el camino, si de algo estaba seguro, donde estuvieran los monstruos, estaría mi objetivo.

Una fría ráfaga de aire inundó el ambiente, haciendo susurrar las hjas de los árboles. EL bosque poseía un cierto ambiente tenebroso, tal vez por los ruidos de las criaturas nocturnas o por el susurro de las ramas al ser golpeadas con el viento, lo que se confundía con hasta voces. El bosque de noche parecía vivo, y ya de por si era tenebroso sin ninguna criatura del mal al acecho ni ninguna Lacryma de oscuridad pura oculta dentro de éste. Recién comenzaba la noche, al igual que la aventura para el mago de cabellos plateados.

Sin embargo, ninguna señal fuera de lo común se vio manifestada por algún tiempo, quizás por una hora. El camino de tierra que el mago utilizaba como referencia comenzaba a confundirse con la oscuridad del césped nocturno, hasta llegar a un punto en el que desapareció. No era un camino que llevara a algún lugar en concreto, los bosques estaban infestados de este tipo de caminos; por lo que si alguien con poca orientación se llegase a perder, sería su fin. O quizás simplemente quedaría atrapado hasta ser rescatado, claro.

Allí fue cuando un cambio en el panorama se pudo notar. No era gran cosa, solamente una especie de can del color de las sombras, con grandes fauces y un par de... ¿Branquias? eso parecían. Esa criatura no poseía nombre alguno, o al menos era desconocido por esa zona. La criatura desconocida gruñía, e hilos de baba salían se sus fauces. Medía cuando mucho un poco más de la mitad del mago de cabellos plateados, eso estando en cuatro patas. Solo era uno hasta ahora, pero aún así... ¿Acaso estaría cerca de su objetivo ta pronto? Había que ver.

Con una sonrisa de divercion e interés me quede mirándolo a los ojos con detenimiento, analizándolo un poco buscando algo de luz en aquellas cuencas vaciás y frías, un perro y al mismo tiempo un pescado, como era eso posible a menos que sea capaz de subsistir tanto en la tierra como en el agua, eso lo hacia algo interesante pero una criatura así, necesitaría estar cerca del agua, verdad? , aunque no podía escuchar ningún río, lo que me llevaba a pensar en una laguna calma, eso me podria dar problemas pero en verdad no importaba, mis pensamientos se hiban del tema, y aquella criatura seguia ahi, frente a mi, sonrei de medio lado, mi fusil estaba preparado pero podria hacerlo mucho mejor, podria agregarle un poco mas, tener siempre la ventaja, estar siempre preparado.
Mi mente cambio rápidamente de pensamiento revisando en mi cabeza aquella enorme lista, legend se puede volver...
-- Legends bring light! -- murmure llevando mi arma a su tercer estado, su estado mágico menor, el fusil se volvió dorado, y mi mano izquierda, la mano que tenia el dedo en el gatillo comenzaba a soltar un poco de luz mientras unas runas doradas se pintaban en ella.

(Rasgo sagrado menor, "Ángel touch", otorga un daño extra del tipo "mágico menor" de energía sagrada)

Con aquella arma en la mano yo ya tenia la ventaja, mas bien, con aquel rasgo mágico yo tenia la ventaja, comencé a caminar hacia el perro, monstruo, pez o lo que fuera, con el fusil agarrado en mi mano izquierda, dedo en el gatillo, listo y preparado, pero caminaba lento, no sabia si yo terminaría defendiéndome o atacando, o podría ser que no fuera un enemigo, quien te decía que aquella cosa aparentemente sin mente en realidad tuviera una.
A un par de metros de aquel ser me pare apoyando el fusil en mi hombro
-- Oye perro feo... apartate -- mencione buscando una reacción por parte de aquel ser para luego apuntarle con el fusil

Al notar el cambio en el ambiente aunque no tuviera vista como tal, la criatura "olfateó" el aire del lugar un poco utilizando aquellas branquias, definitivamente era una criatura extraña, no parecía creada por la naturaleza, para nada. Cuando pudo darse cuenta que el humano poseía un objeto mágico -de alguna manera- el can extraño se alteró, comenzando a gruñir con su morado pelaje erizado, agazapado queriendo saltar, pero permaneciendo allí, gruñendo. Así estuvo por aproximadamente 10 segundos, cuando emitió un fuerte ladrido mucho más grave que el de un perro normal, el cual pudo retumbar hasta en los troncos de los árboles de lo fuerte que era aquel sonido.

Allí fue cuando el panorama se vio un poco más complicado. Sin siquiera haber pasado 5 segundos de que la criatura ladró, y ya entre las sombras se oyeron varios gruñidos a la vez, distinguibles entre estos 6 diferentes, y al parecer alrededor del mago peliblanco, pero ocultos entre los arbustos y los troncos. Al el can que tenía de frente abrir sus fauces, se le notó al segundo un fuerte olor a amoníaco, y un líquido brillante del color de su pelaje saliendo de sus fauces, en ves de baba. Este, al impactar contra el suelo, consumió un poco de éste, el mismo diámetro de la gota.

Luego de estar agazapados por tantos segundos, dos de estos canes extraños dieron un grande y veloz salto en dirección al mago, intentando tomar los brazos de éste e impregnarlos de aquel ácido que brotaba de sus fauces hasta quemarlos por completo. El que tenía justo detrás se lanzó hacia éste con una tacleada, esperando darle en el centro de la espalda. Ya había comenzado el ataque de las criaturas de oscuridad, el mago debía hacer algo.

Los gruñidos se repitieron a mi alrededor, aquella criatura me habia tendido una trampa?... y yo habia caido como todo un idiota, aunque ahora no era tiempo de estarse con tonterias, era hora de pensar, mi mente calculaba rapidamente, uno, dos... parecian unos seis, pero podrian ser muchos mas, maldita sea, mejor dicho, maldito yo que ando moviendome sin pensar.
En el mismo que segundo que los tres perros se lanzaron tuve que ser veloz, tan veloz como mi propia mente podia permitirmelo, mis manos tenian que ser rapidas y eso fue justamente lo que fueron. Tres balas salieron del cañon de mi fusil solo sostenido por mi mano izquierda todas en direccion a aquel lobo frente a mi, a aquel lobo que me habia tendido la trampa y que con gusto seria la primer victima de mi retribución, gracias a que "iluminacion" brillo en mis ojos y me habia otorgado las habilidades de tirador del dueño de "Legend", todas las balas fueron a parar a su frente como si mi punteria fuera la de un maestro francotirador. Pero mi cabeza no solo maquinaba aquello mientras apretaba el gatillo por segunda vez mis labios se movieron -- Steel Hand -- murmure creando un guante de acero en mi mano derecha, que era increíblemente móvil y articulado permitiendo el correcto uso de la mano aunque algo dañado, "iluminacion" volvio a brillar en mis ojos, entregándome los conocimientos de combate de un antiguo guerrero justo a tiempo para estirarme tomando al lobo que venia desde mi derecha, por el cuello evitando sus fauces girando, aprovechando el mismo impulso que el lobo traia, y con una sonrisa golpear a los otros dos, el que venia por mi izquierda y el que venia por mi espalda, usándolo como un arma antes de soltarlo en un lanzamiento.
La pelea no había terminado, recién empezaba a decir verdad, solo había detenido ese primer ataque, aun estaba lejos de terminar aquella batalla.
-- Divine Hand -- mencione llevando el guante a su forma sana, el guante de acero y plata ahora brillaba con su antigua gloria mientras yo sonreía preparándome para cualquier ataque que tuvieran en mente

Sin siquiera haber tenido oportunidad de moverse, el primero de esos canes cayó; aquel que había dado la cara de primer lugar ya había muerto. Mayó en el suelo como una tabla, y enseguida se desvaneció en el aire, tal y como si una montaña de ceniza se tratase. Cuando ya los demás lobos comenzaron a lanzarse al ataque, tres de esos se vieron arrojados por la increíble fuerza ahora adoptada por el mago de cabellos plateados, uno tomado por el cuello y arrojado contra los otros dos, hasta chocar con un árbol. Sin embargo ambas criaturas quedaron allí, sin desvanecerse, solo tiradas en el suelo.

Los otros dos lobos, al ver como sus compañeros fueron derrotados así como así, retrocedieron un par de pasos sincronizadamente, y de la nada comenzaron a aullar, uno tras otro. Era un aullido muy diferente al de un lobo común, se asemejaba mucho más a una pila de metal siendo chocada contra otra, junto con un chillido aturdidor incomparable con alguna cosa existente. Así estuvieron por unos cuantos segundos, quién sabe si para aturdir al mago al que se enfrentaban, o para alguna otra cosa.

Las criaturas comenzaron a brillar intensamente, sobre todo por aquellas cuencas vacías de sus ojos. Ambas criaturas se multiplicaron hasta formar 6 criaturas por cada lado, cada una idéntica a la otra, pero allí no dejaron de brillar. De repente todos éstos se convirtieron en una masa morada, asquerosa, e incluso con olor a amoníaco. La masa se comenzó a juntar, y a expandir, y expandir...

Comenzó a tomar forma, y en menos de nada se podía notar que era una gran serpiente gigante, con colmillos que salían se su mandíbula y unas escamas brillantes como la luna, y con las mismas cuencas vacía que tenían los canes anteriores: era un basilisco. Un gran susurro vino de la garganta de la criatura, mientras se levantaba amenazadoramente, fijando aquellas cuencas vacías hacia el mago de cabellos plateados, sobrepasandole quizás por mas de metro y medio.

~Has demostrado el ser digno de hablar con Zaikkana...- dijo la serpiente entre susurros, sin dejar de mover su cuerpo en curvas -¿Qué buscabas dentro de mis tierras, joven mago?