Ficha de Alucard

nombre: Alucard
apodo: Akad
edad: No lo sabe, perdió la cuenta hace muchos años.
raza: Espíritu Celestial
gremio: No tiene
sello: No tiene
sexo: Masculino
tendencia: Heterosexual

descripción física: Alucard es un hombre alto, de piel pálida, ya que no le gusta mucho el sol -por su obsesión con que es un vampiro-. Tiene el cabello largo, llega poco más por debajo de sus hombros, aunque la parte superior inunda su cara, mientras que la parte de atrás es lisa y suave. Sus ojos rojos, ojos malditos que siempre lo han marcado, siempre cubiertos por unas gafas de culo de vaso naranja, aparentemente opacos, aunque según el reflejo puede verse el color verdadero de sus ojos. Es un hombre con una blanca sonrisa, y unos colmillos afilados y largos. Viste con un sombrero de fieltro rojo, sus gafas de cristales anaranjados, un traje con una corbata-moño atada, con un bordó y unas botas.

altura: 1'95
peso: 92,7 Kg
contextura física: Delgado
musculatura:
color de piel: Pálida, blanquecina
color de pelo: Negro azabache
color de ojos: Rojos
aspecto: Viste con un sombrero de fieltro rojo, sus gafas de cristales anaranjados, un traje con una corbata-moño atada, con un bordó, unos guantes blancos con antiguas runas y unas botas.

descripción psicológica: Alucard es un hombre frío, sin corazón, es ególatra, rebaja de nivel a cualquier persona, creyéndose siempre superior a cualquiera que se ponga por medio, su egocentrismo le ha echo ganar muchos combates que podrían llegar a ser imposibles de ganar. Es una persona que se caracteriza sobretodo por su rudeza al hablar, su forma directa de decirte las cosas, si algo no le parece bien, no se andará con rodeos y te lo dirá a la cara lo que deba decirte, en cambio suele alagar los buenos trabajos bien echos. Alucard en medio de un combate no muestra piedad alguna, es sádico, violento, poca gente le a podido ganar en este estado de puro éxtasis asesino, en este estado, en medio del fragor de la batalla, Alucard es un mente fría, pensando de forma rápida cual va a ser su próximo movimiento, y a la vez, intentando anticiparse al de su enemigo, intentando ver que él es alguien imposible de vencer, hagas lo que hagas, pase lo que pase. Sin duda, gente como Alucard no hay mucha en el mundo.

mascota: La mascota de Alucard tiene dos formas y sus magias, en su primera forma son básicas

Su primera forma es como la de un can cualquiera, es fuerte, veloz, pero sin magias ofensivas, la la única habilidad que tiene en este estado es la de dejarse absorber por Alucard, que es cuando empieza lo bueno

Spoiler:

Su segunda y más poderosa forma, en el cuerpo de Alucard, consiste en la metamorfosis de cualquier parte del cuerpo de su dueño en un perro. El can de Alucard puede pasear con total libertad por el campo de batalla, arrasando con el lugar, a partir de ese feroz y rápido can, Alucard puede volver a recomponerse en su verdadera forma, y transformarse de nuevo para danzar por el campo de batalla, esta nueva forma es intangible y obtiene umbraquinesis, aunque como es una nube negra, una especie de masa en donde salen ojos a lo largo y lo ancho de este, pero los ataques enemigos sí los recibe, los ataques son dados en un lugar aleatorio de su cuerpo

Spoiler:

tipo de magia: Magia de Ex-Equip.

Alucard es un gran tirador a larga y corta distancia, que no duda un solo momento en disparar cuando un objetivo es peligroso, o sin serlo no dudará en desenfundar sus pistolas para amasacrar a sus enemigos.

Sus dos pistolas;
Chacal ; una pistola de 39 milímetros de cañón y echa de metal negro, dispara balas con punta hueca.-> La habilidad de la arma principal y más poderosa de Alucard es la umbraquinesis, el cañón de la pistola de Alucard imbuyen oscuridad a una de sus balas, lo bastante poderosa como para penetrar en el interior de alguien, o que se aloje dentro del usuario y se quede 1 turno sin poder usar habilidades->1 turno de uso, 3 de reutilización

Casull 454; una pistola de 40 milímetos de cañón, echa de metal, dispara balas explosivas.->

Si la distancia falla, siempre recurre al cuerpo a cuerpo, su apreciada espada bastarda forjada y diseñada por sus propias manos.

magias:

Regeneración-> Alucard puede recomponer cualquier parte de su cuerpo después de un combate, de tal forma que aunque se quede sin un brazo, al cabo del tiempo se termine recomponiendo. -> Tan solo ocurre después de un combate. En caso de que sea una misión, no podrá regenerarse hasta el final

debilidades:

-La mayor debilidad de Alucard es que le recuerden sobre su pasado, más que debilidad, es rabia lo que siente al acordarse de lo flojo e impotente que era.
-Tiene cierto aprecio por una mujer, Tali Hadeslyn, por lo que cualquier molestia, fastidio o enemigo de ella pudiese terminar encontrándose con Alucard
-Como Alucard cree que es un vampiro, tiene un cierto de respeto hacia el resto de personas, la gente aprovecha esto como una pequeña debilidad, pero eso le da más ganas de combatir de forma más sádica y violenta.
-Tiene cierta repulsión sobre los rayos del sol, su consciencia cree que es un vampiro, por lo que odia la luz.


historia: Alucard nació en una fría noche de invierno, un pequeño con ojos rojos, un bebé que siempre creyeron que estaba maldito, en una era distinta a la actual, en el pequeño y pobre pueblo de Gallowmere, mientras lloviznaba en el exterior de su hogar, sufrió una larga y dura infancia, ya que era un chico bastante solitario, triste, intentaba aislarse siempre del resto de la gente. Siempre estuvo delgado, no era normal en esa época, aunque su familia no poseía no se veía nunca mucho dinero, por lo que siempre terminaba comiendo migajas o incluso habían días que incluso no había para comer, ya que no entraba el suficiente dinero en su casa para darse tales placeres. Alucard fue un chico astuto, egocéntrico, antes de preocuparse en el prójimo, se preocupaba por sí mismo, nunca tuvo amigos. Sus padres pudieron pagar sus estudios en una pequeña escuela en donde él vivía. En Gallowmere lo único que se producía en masa era trigo y ganado, no entraba mucho dinero en ese pueblo, por lo que la gente se iba siempre a buscar riquezas en otros lados, tan solo habían media docena de chicos barones en ese pueblo siempre, ya que no querían féminas en el ejército, la capital, llamada Mercurien, solicitaba que todo hombre barón que pudiese sujetar una espada debía ser enviado de forma inmediata para aumentar la fila de tropas del reino, para conquistar nuevas zonas. Alucard nada más tenía nueve años cuando se tuvo que enfrentar por primera vez a una amenaza real, -su padre le había comprado una pequeña daga de hierro para su cumpleaños con la que él hacía manualidades, sin duda era uno de sus hobbies favoritos, cogía madra seca, ya caída del árbol y se producía sus propias armas, como pequeñas espadas de madera, dagas diseñadas por él con una ''A'' y un círculo rodeándolo para que, cuando alguien la viese recordase su nombre, le gustaba la artesanía, el forjar con sus propias armas un arma capaz de poder atravesar la piel cualquiera, ya sea un animal o incluso una persona, él era una persona que no tenía compasión alguna ni por sus propios familiares, aunque eso, es otra historia.-

Por primera vez fue a buscar al bosque leña para una fogata para poder cocinar la cena de aquella noche, y en el bosque, casi anocheciendo, apareció un oso salvaje, amenazando al pequeño Alucard de recién cumplidos nueve años. Huyó del lugar, asustado, pero el oso seguía sus pasos a un ritmo mucho mayor del que Alucard podía correr, y al ver que no podía evitarlo, decidió enfrentarse a él, sabiendo que podría ser la última cosa que haría en esta vida, el oso se abalanzó sobre el pequeño Alucard y este pudo esquivarlo, clavándole la daga en varios lugares distintos, el oso, huyó de él, pero con sus laceraciones sangrando sabía que no le quedaría mucho tiempo para morir, por lo que esperó allí un rato, sus padres estarían preguntándose donde estaría. Él caminó hacia donde el oso huyo y vio al oso, tirado en el suelo, muerto, feliz, despiezó al fiero animal, quitándole la piel y llevando un buen montón de carne con sus manos hasta casa. Al llegar y ver a Alucard con la piel del oso al rededor de él y tanta carne, abrazaron a su pequeño, Alucard sin duda tenía una gran mano para enfrentar peligros, por lo que, ingresó más pronto de lo normal al ejército del reino de Mercurien. En el cuartel del reino, conoció al gran comandante que ejercía su trabajo sobre el ejército y mandaba a sus grandes generales junto a sus pobres soldados a morir a la batalla, conquistando nuevos lugares en su nombre o en los de algún noble, estúpida gente... Como odiaba a la burguesía.

En una batalla de práctica, Alucard empuñó una espada de madera y lo enfrentaron contra un hombre que como mínimo tenía 28 años, él había aprendido para entonces que no has de temer a nadie pese que sea más fuerte que él, ya que, a su temprana edad había matado un oso sin que este pudiese darle ni si quiera un zarpazo. El hombre vio a Alucard como un blanco fácil, pero carecía de movilidad y destreza, Alucard ganó a ese hombre y a cuatro más, él solo, seguidos, abatiéndolos con su espada de madera, dejando su marca a base de espadazos con la madera que poseía entre sus manos. Alucard terminó convirtiéndose en un gran mariscal del ejército de Mercurien. Junto un ejército de más de 20.000 hombres marchó a conquistar un reino entero, su fuerza, su apoyo moral hacia sus valientes y fieles soldados, que lo seguían en el campo de batalla, junto su fiel corcel, al que le dio el nombre de Drácula-su nombre al revés- cabalgó contra sus enemigos. Aquella batalla duró horas, pero el ejército jóven e inexperto al que le habían dado su reino, cedió ante la experiencia de las lanzas, escudos y espadas de sus enemigos. Apresaron a Alucard y lo llevaron a su reino, donde lo torturaron durante días largos, encerrado en un calabozo y comiendo la basura que le daban.

Pasó tanto tiempo en los calabozos de aquel reino que hasta los guardias le habían cogido aprecio y todo, aunque no lo demostraba cuando sus superiores estaban por ahí cerca, Alucard ya tenía 20 años, había perdido la noción del tiempo, no sabía situarse, no sabía ni qué día era. Alucard había escuchado que lo ejecutarían esa misma tarde, tras tanto tiempo siendo retenido en ese reino. Unas horas después aparecieron unos soldados que le agarraron y le pusieron un tablón, donde sus manos y cabeza quedaban en los agujeros, de forma que ni sus manos ni su cabeza pudiese salir de ahí si no lo abrían con la llave. Comenzó a caminar, estaba delgado, moribundo, apenas se podía mantener de pie. Lo llevaron hasta una plataforma, donde al rededor de ella habían decenas de cientos de habitantes que observaban a Alucard, poco tiempo tardaron hasta que comenzaron a lanzarle objetos, desde frutas, como tomates y patatas, hasta objetos contundentes como piedras o zapatos. Una piedra hirió su cabeza de forma mortal, veía que su mirada se nublaba, su hora final estaba cerca, o al menos eso creía él. Veía como la sangre caía gota a gota hasta la plataforma de madera vieja, observando el color rojo de su sangre por primera vez en su vida, en un gesto de impotencia él se acercó sobre esta, extendiendo su lengua viperina hasta que con su lengua, rozó su deliciosa sangre. Sentía un fuerte ardor en su pecho, sentía como su cabeza fuese a estallar, aunque tan solo fue que su cabeza regeneró la herida provocada por el pedrazo de antes. Comenzó a gritar de forma inhumana, y toda la gente se quedó mirando a Alucard, enfurecido, con los ojos más rojos que nunca, por lo que se asustaron y comenzaron a pedir que tirasen de la guillotina para matarlo. Un Alucard furioso se iba despertando, fue tal, que consiguió liberarse de sus cadenas, levantándose poco a poco, tambaleándose. Comenzó por uno de los guardias a los cuales había estado viendo todos los días que llevaba encerrado y se aprovechó de él mordiendo su cuello con tal furia que se desangró del mordisco que le había dado, su fuerza había incrementado de forma sobrehumana, sentía que, por una vez en su vida, sin un arma entre sus manos se sentía poderoso.

La mano de Alucard se lanzó contra el pecho de otro de los guardias que estaban encima de aquella plataforma, atravesando su cuerpo sin problema alguno, sentía como un extraño poder surgía de su interior y se daba a conocer y expresarse con la furia y el sadismo que estaba dando a ver en estos momentos. Toda la población de alredor comenzaron a chillar y se iban marchando del lugar, tropezándose unos con otros, dejando gente en el suelo, muriendo por los pisotones que les daban sus propios amigos. Alucard iba matando allá por donde caminaba, con una sádica risa, entonando una canción lúgubre, cantándola en latín, su rostro estaba impregnado de la sangre de sus enemigos, al igual que los harapos que llevaba en esa época. Sin duda se sentía poderoso, podría destruir a toda la gente de este lugar sin problema alguno. Media tarde duró su sangría, su matanza se hizo conocer en todos los lugares del reino, como un solo hombre pudo matar una capital con más de cientas de miles de personas, aunque la mayoría de esas personas escaparon avivaron la historia de Alucard, él pensaba que era un vampiro, por su recién gusto a la sangre, pero en verdad, es que, no era para nada un vampiro. Pasaron los años, de población en población, de ciudad en ciudad y reino en reino, acosando a sus gentes, dando a conocer su nombre por todo rincón del mundo. Años, décadas, siglos pasaron y el ase mantuvo joven para siempre, quizás fuese por sus ''nuevos'' poderes adquiridos desde aquel día, sin duda, Alucard se había ganado un nombre, no solo en Gallowmere, o en Mercurian... Si no en todo el mundo.

imagen del personaje:

Spoiler:

Casidia

Ficha editada...

Editado, de nuevo.

Editada...

Muchas gracias