Misión rango E: Templo Orco

Dark Pit se encontraba en su gremio buscando misiones que hacer, la mayoría eran de rango mayor al suyo, pero trató de coger una de ellas. Antes de cometer algo que podría darle mal resultado, pudo ver una misión de aspecto apetitoso, tenia pinta de ser peligrosa y emocionante que decía así:

-Un Templo creado a base de magia oscura ilegal ha aparecido en uno de los caminos de las laderas, al parecer dicho lugar fue creado por el gremio oscuro y un grupo de orcos armados se esta reclutando dentro, tienen suficiente arsenal como para causar severos daños en varias regiones, se desconoce a donde se dirigen o si ya atacaran, pero la amenaza es tal que habria que erradicarlos rapidamente, mientras aun se encuentran allí

Como la misión decía, había que encargarse de unos orcos con malas intenciones. Se emociono tanto que tuvo que ir al baño antes de comenzar la partida hacía ese templo de la oscuridad - Tengo entendido que esos monstruos son bien feos, espero no morir por el simple hecho de ver uno solo - Salió del lavabo y después del gremio, se encamino en dirección a las laderas. El viaje fue un largo y aburrido trayecto hacia la emoción sin limites que presentaba matar seres horrendos. Cuando llegó allí, se encontró con otro chico no mucho mayor que él en edad, pero si en altura. Aquel chico avanzaba en la misma dirección que él, y llevaba un papel en la mano, en el que alcanzó a leer la misma misión que él iba a emprender - ¡Eh tú, a donde te crees que vas con ese papel! - Pegó un buen grito, puede que los orcos ya le hubiesen oído

Me encontraba en mi gremio aburrido sin nada especial que hacer. Estaba tan harto de quedarme quieto que me levanté e inmediatamente cogí la primera misión que encontré, incluso salí del gremio antes de leerla. Ya en medio de la calle, algo más tranquilo, se paró a leerla con algo de tranquilidad - ¡Que~!¡Se puede saber por qué he cogido una misión tan kamikaze! - Me dio un bajón de adrenalina tan fuerte que casi me deprimo, pero ya la había tomado y no había marcha atrás - Supongo que tendré que quemar el templo con todo lo que allá dentro, no será muy difícil - Me puse en marcha tan pronto como pude, durante el camino estuve pensando como una misión tan alocada como aquella era de un rango tan bajo, bueno, el tenía la suerte de poder usar el fuego, pero otro mago que tuviera un poder menos destructivo, sin duda lo llevaría crudo. Al poco tiempo de llegar, escuché un gran grito a mi espalda. Me giré y era un chico moreno vestido con ropas muy ligeras. Parecía que se dirigía al papel de la misión, que no había guardado - ¿Te refieres a este? - levanto algo los brazos para que vea como la señalo - Solamente me dirigía a un templo de no se que a terminar con no se quien

El chico se giró y tras un par de frases, dijo que el iba a realizar la misma misión que él había cogido, cosa que le hizo mosquearse - ¡Ni se te ocurra realizar esa misión, es mía y solo mía, mi tesoro! ¿Me entiendes? - parecía que fuese a estallar en cualquier momento. Comenzó a andar para llegar antes que él con un gesto exagerado al moverse, intentando imponerse para que el otro chico dejase la misión para él. Pero su mente se le ocurrió una idea algo tonta, la de hacer un equipo con el otro chico para poder terminar mucho más fácilmente aunque la recompensa se partiese entre dos - Oye tío - dijo en un tono más amigable pero un tanto exagerado - Venga, vamos los dos juntos a hacer la misión, que será mucho más sencillo que si lo hiciera uno (si, te dejaré hacer todo el trabajo y después me embolso la mitad de la recompensa) - Le agarra del brazo y comienza a arrastrarlo - Venga hombre, que lo vamos a pasar muy bien (sobre todo yo, ji, ji, ji)

El muchacho se puso en plan mandón ordenándome que me quedase aparte de la misión, sin duda no le haría caso. Cuando el otro comenzó a andar, se paró al poco tiempo y un escalofrío recorrió mi espalda. Entonces se giró y con una voz escalofriantemente simpática me llamo. Me dijo que si formábamos un equipo, a lo que le respondí - No, la verdad es que a mi los equipos no me... ¡Espera! - el otro chaval me agarró del brazo antes de que pudiese terminar mi frase y me llevó a rastras - ¡Déjame, en serio, no me va lo de ir en equipos! - Pero pensé un poco en ello, vale, no me gusta ir en equipos, pero quizás esto facilite la misión desmesuradamente. En esta ocasión, tendría que aguantar las ganas de tirar a ese chico por cualquier barranco que viera - Esta bien, haremos un equipo, pero antes de nada habrá que presentarse. Me llamo Hakuryuu, mago alquimista de fuego del gremio Blue Pegasus. Y dime, ¿quién eres tú? - le lancé una mirada interrogante

Al final el otro aceptó la idea de ir en grupo al templo, pero se le ocurrió la "genial" idea de presentarse muy formalmente, así que tuvo que hacer su presentación de la forma más parecida posible a como lo había hecho Hakuryuu - Esta bien - levantó el brazo y con el pulgar se señaló - Soy Pit, Dark Pit, em, mago ex-equipo del gremio Lamia Scale - le pareció decirlo idénticamente que el otro muchacho - Ya basta de presentaciones, venga que los orcos no van a estar allí por siempre - Lo volvió a agarrar del brazo y arrastrarlo sin hacer caso a sus protestas. El camino fue largo, aburrido y silencioso, ninguno de los dos volvió a hablar desde que Pit soltó a Hakuryuu. Un rato después, al horizonte se observaban nubes negras de tormenta y se notaba la maldad en el ambiente. Pit giró la cabeza hacia su compañero y le dijo con voz aguda - Ya estan aquí - alargando un poco la última vocal. A partir de aquel punto, ambos avanzaron espalda con espalda, en guardia, preparados para cualquier cosa que pudiese acontecer. Durante el trayecto no ocurrió nada peligroso, pero no les entusiasmo el final del camino - Atención señores clientes, han llegado a su destino - Pit intentó relajar el ambiente con una broma estupida

Tío, déjate de chistes, no es lo tuyo - Le repliqué el comentario hecho recientemente - Esto puede que sea algo duro, hay que estar concentrados - A poco más de quince metros se encontraba un edificio no demasiado grande, pero lo suficiente espacioso como para almacenar armas y que hubiese alrededor de una veintena de aquellos seres. Era un edificio de tonos oscuros y varios símbolos dibujados en los muros exteriores, incomprensibles para mí, que parecía ser el más listo, en cierta forma, de los dos. En la puerta se encontraba un cuerpo enorme, más grande que un humano común. Algo más de cerca podían verse partes de su piel, de tono verdoso. Llevaba una armadura algo mal hecha, de madera, piedra y algún mineral. Estaba apoyado sobre un garrote de madera tan grande como el más pequeño de los dos. Su dentadura era deforme, con una gran mandíbula inferior donde se encontraban enormes colmillos, pero la parte superior de su cabeza estaba oculta por un casco realmente mal hecho, no se le podía ver los ojos - Ese monstruo es espantoso, sin duda lo mejor sería derribar el edificio con todo dentro y después ya nos encargamos de... - giré la cabeza - ¿Qué? - Pit ya no se encontraba cerca - No puede ser, no ha podido ir él solo - Pero así fue, al volver la mirada hacia allí, lo vi a poca distancia del orco, por detrás - ¡Qué esta haciendo!

Dark Pit se escabulló del lado de Hakuryuu al ver la mole pensando en un ataque por ambos flancos, aunque quizás debió avisarle antes - No creo que vaya a estar contento si le dejo solo, pero no va a pasar nada - Pit dio un rodeo alejado del monumento, acercándose así al monstruo desde atrás. Ya se encontraba lo bastante cerca como para poder atacar. Se acercó algo más cuando escucho un tosco ruido - ¡JJR~! - era un ronquido, el orco estaba durmiendo tranquilamente ajeno a todo - Que suerte - Murmuro el chico, entonces se dirigió a la zona donde el otro se encontraba y con un vozarrón le invitó a acercarse - ¡Ven, el monstruo esta durmiendo, no se va a enterar de nada el pánfilo este! - de lejos, pareció que Hakuryuu se llevo la mano a la cara, no entendió a que se debía hasta que se giró - Oh, oh - El gigantesco orco estaba despierto, sus ojos brillaban con el mismo tono que los suyos, rojo sangre. Levantó el garrote y de un rápido pero torpe movimiento lo bajo hacia Pit, quién, por suerte, lo pudo esquivar - Esa tenemos, ¿eh? Te vas a enterar - de la mano derecha de Pit surgió una espada con aspecto moderno de colores claros - A ver quién gana ahora

*De verdad que no se en que piensa ese chico, esta muy loco para ser real* - Al escuchar su grito no pude evitar quedarme con cara de shock y taparme la cara. Había visto perfectamente como el enorme cuerpo se desperezaba y observaba a Pit, agarraba el garrote y como casi le golpeaba. Por suerte, pudo esquivarlo. Al parecer se encontraba ante una persona extremadamente ágil. También pudo ver como sacaba una espada de su mano, sin duda seria uno de sus hechizos como mago ex-equipo *Parece un arma poderosa, y con su agilidad podía evitar muchos ataques, pero sin duda no me pienso perder la diversión* Bajé corriendo hacia donde se encontraban el orco y Pit con ganas de lucha - Espero que no pensases encargarte tu solo de todo y dejarme allí inactivo - al momento encendí llamas en las manos - ¿No? - Me puse en posición defensiva para combatir en cualquier momento. El orco lanzó otro garrotazo lo bastante amplio como para golpear a ambos. Pit se dispuso a esquivarlo pero yo tenia una idea algo distinta sobre que hacer - Contempla la fuerza del fuego - Coloqué las manos enfrente de el garrote antes de que llegase y encendí más las llamas de mis manos. Cuando el garrote llegó, no pude evitar el dolor debido a la descomunal fuerza del orco, pero aun así conseguí detenerlo y abrasar el arma de madera, convirtiéndola en carbón - Ahora tú - Comencé a girar cada vez más rápido sobre mi mismo, y me envolví en llamas completamente. Después de esto, me dirigí hacía el orco, destrozando las partes de madera de la armadura y causándole graves quemaduras, de las que no podría salir vivo

Observaba Pit como Hakuryuu se encargó el solo del orco guardián - Tío, como a molado eso, me tienes que enseñar a hacer eso de girar tan rápido y mantener la compostura - Estaba claro que Pit quedó impresionado por la fuerza del remolino en llamas en el que se convirtió Hakuryuu hace segundos. Agarró con fuerza su espada y se adelantó hacia el maligno templo - Vamos, tenemos que encargarnos de estos monstruos lo antes posible, si no - señalo al orco moribundo - Pueden dejarnos peor que como has dejado a ese - Ambos chicos se aventuraron en el interior del templo, pero no sabían lo que podría estar esperándoles allí dentro. Tuvieron que caminar pegados a las paredes con algo de miedo, uno con la espada y otro con llamas. Cuando ya llevaron caminando bastante trecho, llegaron a una habitación situada lejos de otras. Como no, aquello llamó la atención de ambos. Cuando entraron, no pudieron ocultar su sorpresa - Pero que co... - dentro de aquel cuarto, bastante amplio por cierto, se encontraban varios tipos de armas: desde espadas a cañones, de báculos a extrañas hachas. Sin duda, no podía significar nada bueno - Este es el plan, yo con mi espada me cargaré los objetos que parezcan más resistentes y tu quemas todo lo que te venga en gana menos a mí - Entonces Pit se puso a destrozar báculos, lanzas y halarbadas - Venga, a que esperas, quema ya algo

Al entrar en el edificio, anduvimos por algunos de los pasillos sin separarnos de la pared. Tuvimos la suerte de no encontrar ningún orco por el camino. Al cabo de un rato, llegamos a una habitación al final del pasillo por el que fuimos. Nos adentramos en ella y nos quedamos asombrados con la gran variedad de armas que en ella se encontraban. Dark Pit mencionó un plan demasiado rudo, pero era lo único que se podía hacer. Después me metió prisa para que empezase a quemar cosas - Ya voy, ya voy - Comencé a girar cada vez más rápido sobre mi mismo, y me envolví en llamas completamente. Después de esto, me dirigí hacía varias armas para quemarlas y carbonizarlas. Entre ambos, conseguimos destrozarlas todas en poco tiempo, pero la misión no terminaba con eso. Sabíamos que, de alguna forma, teníamos que destruir el lugar - Vamos a tener que hacer un pequeño trabajo de fuerza - mi voz sonó entrecortada al no haber salido del tornado. Tras destruir completamente aquella sala, ambos se pusieron a dar golpes a todo lo que se encontraban, ya fuesen espadazos o quemandolo todo. Algunos orcos murieron aplastados por trozos de la fachada, otros huyeron salvando así la vida, Pronto los dos llegamos a un piso inferior, en el que nos pusimos a destrozar vigas, provocando así la caída del edificio. Tuvimos que correr bastante para poder salir vivos, bueno, Pit voló y salió antes que yo, pero gracias a que seguía en el pequeño tornado pude romper alguna pared que se puso en medio. Ya afuera, ambos desactivamos nuestros hechizos y nos tumbamos a descansar *Madre mía, esto ha sido tremendo, lastima haberlo destruido tan rápido* miré al edificio que todavía se estaba derrumbando. Me acerqué, y cargando una gran cantidad de energía en la mano, quemé todo lo que quedaba - Bueno, este trabajo ya está terminado, ¿no crees? - me giré hacia su posición, pero ya no estaba *Este se ha ido directamente a cobrar la recompensa sin esperar, pero supongo que ese será así. Dark Pit, ¿eh? Seguro nos volveremos a ver* volví hacia mi gremio para dar por concluida la misión