Dos versus uno.

La puerta automática de la entrada a la arena se alzó ruidosamente, sonando las cadenas que le alzaban por cada centímetro que ascendía, hasta que sonoramente se detuvo. Desde aquel punto la pelirroja podía notar gran parte del escenario de peleas, el suelo cubierto simplemente por un forraje mínimo que apenas llegaba a crubrir los tobillos, unos pocos arbustos separados cada uno por intérvalos irregulares de más de 4 metros cada uno, los cuales no superaban la altura de la cadera; unas pocas formaciones rocosas al este, de un área de 12 metros cuadrados aproximadamente, donde la roca más alta superaba a Kallen por medio metro; y un sauce viejo al oeste, de más de 15 metros de alto. Era una vista bonita, a pesar de ser todo creado artificialmente. Si había público no lograba adivinarlo, los bordes y el techo de la arena estaban camuflados de la manera en que pareciera que se encontraran realmente en las llanuras de Fiore.

Pero aun así la pelirroja se sentía un poco nerviosa. Era un gran honor en la comunidad de magos el ser seleccionado para participar en una arena de batalla, y muchísimo más si se trataba de la sección 2 vs 1. Pero eso significaba tener que pelear sola contra 2 magos experimentados. Calma, Kallen, solo es un entrenamiento más. Suspiró y se adentró en la arena, cerrándose la puerta por la que habia entrado lentamente. Ya no había vuelta atrás. Estiró un poco sus manos, haciendo rechinar un poco los guantes de cuero que tenía puestos, dejaban sus dedos libres. Ahora su duda era quénes eran sus contrincantes.

Caminando hasta el coliseo donde tendría que enfrentar a una persona, que al parecer era muy fuerte o un gran luchador, ya que se trataba de un dos contra uno, siendo que él estaba en el bando del dos, pensaría que se trataba de un mago de clase S, aun así, dejó a su amigo lobo recorrer la ciudad, mientras que él esperaba a que fuera momento de entrar, una vez levantada la madera, caminaría con pasos tranquilos hacia el interior del coliseo, mirando a su alrededor, a dos personas, una de ellas era una chica que había visto una ves en el gremio que pertenecía, pero al otro sujeto no lo reconocía, simplemente era un extraño, primeramente pensó que su compañero era aquella chica de cabellos rojizos, pero se dio cuenta de que ella era muy fuerte, por las misiones que tomaba del tablón, por lo que volteó su mirar hacia el chico.

Hm... Así que seremos nosotros contra ella.

Diría mientras caminaba hasta donde se encuentra aquel joven, mientras que daba un suspiro, cerrando sus ojos heterocromaticos, siendo el derecho color rojo y el izquierdo color verde, casi al instante después de haber suspirado, abriría nuevamente sus orbes para así mirar a la chica directamente a los ojos, mientras que su cabello plateado se movería por el poco viento que se encontraba en aquel lugar.

Espero que seas amable.

Hablaría en tono fuerte hacia la chica mientras hacía una suave reverencia, en señal de respeto. Para a continuación pasar a un estado de defensa, colocando su mano derecha enfrente como si estuviese a punto de desenvainar una espada, teniendo los pies abiertos, pero para la vista de los demás sería un tanto imposible ver detrás de sus pantalones holgados, ya que ese es su principal ventaja en sus ropas.

Apenas se atrancó su puerta de entrada, comenzó a sonar una puerta igual a la lejanía, subiendo al mismo paso que había subido su puerta anteriormente, había llegado uno de sus rivales. Cuando la primera comenzó a bajar, otra puerta se abrió al mismo paso, con el mismo sonido, ya estaban los dos presentes. Kallen se humedeció los labios, y flexionó un poco sus dedos, observando su palma derecha que había colocado a nivel de su rostro. "Es hora de comenzar" se dijo a si misma, observando en la lejanía a sus dos contrincantes. Uno de una altura similar a la de ella, cabellos negros y con ninguna expresión notable a aquella distancia; y otro palmo y medio más bajo que la pelirroja, con cabellos plateados y con una notable heterocromia a pesar de la distancia.

Apariencia:

Con su mano izquierda, en un movimiento tán rápido que parecía no haber sido hecho, sacó de su bolsillo un cilindro de metal. Pareció atraerse sin esfuerzo a su mano derecha, y al darle un par devueltas con los dedos, de ésta salió una espada tan roja y brillante como el mismo fuego, delgada como una katana, y sobre todo flameante. La sostuvo con aquella misma mano, de una manera tan firme como solo ella misma podría sostenerlo, y comenzó a correr en dirección al chico de cabellos plateados. Al encontrarse lo suficientemente cerca, sostuvo la espada con las dos manos, y estocó en diagonal, de abajo hacia arriba.

Mirando como aquella maga se lanzaba en su contra, simplemente acortaría la distancia, corriendo hacia donde ella se encuentra, para así con una gran velocidad llegar hasta estar a unos cinco metros de distancia, una vez llegada a esta distancia, una luz de color negro aparecería en su mano derecha, la cual estaría hacia atrás.

¡Kanso! Soul Eater.

Al terminar de decir eso la luz de color negro desaparecería, haciendo que en su lugar apareciera una espada larga y pesada, con la hoja color blanco para así levantar ambas manos y lanzar un tajo vertical, para chocar su espada con la espada de aquella mujer.

Tsk... Nunca pensé mi primera pelea sea con una mujer.

Diría mientras que sus ojos heterocromaticos, parpadeaban por el calor que generaba la espada que aquella mujer poseía.

Para nada le resultaba extraño que el chico decabellos plateados bloqueara su ataque tan rápidamente, mas bien lo esperaba. No esperaba el bloqueo precisamente con una espada, pero eso le daba una gran pista de la magia que podría manejar. Era una espala estilizada, a simple vista de acero, por lo que tendría dos posibilidades: Un edward elric alquimista de acero o un mago Ex-equip. De la forma que invocaba sua rma, parecía más la segunda opción. Movió un poco su espada circularmente mientras se encontraban una contra la otra, esperando despojarla de la mano del peliplateado. La espada ajena presentó poca flexibilidad, y la diferencia de grosores no permitió que su maniobra funcionara.

~Curioso, siempre quise pelear con un Ex-equip.

Como si siempre hubiera mantenido el equilibrio de la espada en la mano derecha, soltó su izquierda, y toda su masa se vio impulsada hacia atrás, separando su espada de la ajena, a la vez que apoyaba ambas manos en el suelo, dando una voltereta invertida, añadiendo 1.75 metros de distancia ante su contrincante. Su espada, que siempre habia permanecido en su derecha, ahora poseía 7 cm de grosor, y un largo más reducido, específicamente de 1 metro exacto. Por apenas un par de segundos observó al hombre de cabellos negros, sin dejar de perder de su campo visual al chico de cabellos plateados.