Mision Grado D (Priv Kallen)

Al ya conocer Magnolia casi a la perfección, no le fue nada difícil encontrar la dirección que marcaba el volante que le dio el pelirrojo mas temprano aquel día, el volante de una misión rango D. Era la primera misión de este rango que iba a realizar, un rango mayor que el de ella misma, estaba emocionada, y mas aún porque iba a ser la primera misión del dúo superpelirrojo de la destrucción (?).

~¡Bue-nas no-- su saludo típico alegre se vio interrumpido por la escena de Lavy amenazando al solicitante de la misión, al igual que su gesto alegre se vio interferido por un par de gotas al estilo anime.

--------5 minutos más tarde------

Se encontraba sentada en el mismo mueble para dos que el pelirrojo, pero al estar muy mullido la pelirroja se hundía fácilmente, por lo que siempre estaba buscando una posición diferente para sentarse, mientras el anciano hablaba. Aunque estuviera distraída intentando sentarse cómodamente, podía escuchar al anciano.

~Bien, es simple...- dijo el anciano, dejando el pañuelo a un lado -Desde hace algún tiempo se me han desaparecido una o dos joyas valiosas por noche, y el culpable no deja pista... Y hace días intenté yo mismo tenderle una trampa y descubrir quién es, pero no pude hacerlo... Sospecho que el ladrón está usando magia, así que...- el viejo da un pequeño golpe con el bastón en el suelo -Los contrate a ustedes dos, para que atrapen al mago ladrón y me devuelvan mis joyas.

¿Así de fácil era la misión y se iban a ganar 5000 jewels? La pelirroja alucinaba, era un trabajo mucho más fácil de los que ella normalmente realizaba, y con una recompensa grande. Ya se estaba imaginando lo que iba a comprar con tantos Jewels, y estaba babeando.

Iba a comprar un nuevo paquete de galletas Shirou, un nuevo juego de sábanas, una sartén nueva, quizás un libro de magia de fuego de Nivel 2... Todo esto pensaba la pelirroja durante el corto silencio de la conversación con el viejito cliente, mientras se hundía cada vez más en aquel sillón super mullido. Pero su hilo de pensamientos, mas bien trance se vio interrumpido por la pregunta de su compañero, por lo que escuchó atentamente lo que decía el viejito.

~Bien...- golpeó su puño contra su palma, con un gesto infantil de decisión -Esperaremos a que llegue su nieto, y nos de el resto de información que necesitamos~

Pero se había hundido casi que la mitad de su cuerpo en el sillón, por lo que pegó un grito de sorpresa, mientras intentaba salir de aquel mueble con complejo de arena movediza, hasta lograrlo y quedarse de pié frente a su asiento.

~Jooo, ¡Que aquí tiene todo un campo de arenas movedizas!- dijo, dándole una "Pequeña" patada al mueble, que lo hizo arrimarse hacia atrás aunque estuviera fijo al suelo.

Se apartó del mueble justo después de patearlo, y se cruzó de brazos con el ceño fruncido. Interiormente se estaba imaginando el como sería quedar atrapada en el mundo del mueble comehumanos, si tendría estómago, si habrían monedas e incluso si llegaría a dulcelandia (?), pero dejó de pensar en eso al oír el desgarre del sillón causado por su desastroso compañero pelirrojo. Suspiró aún con el ceño fruncido y negó con la cabeza, en un intento de hacerse la madura.

Su expresión de "desaprobación" se vio interrumpida por la llegada del que al parecer era el nieto de su cliente, justo con el que el dúo de pelirrojos quería hablar para completar las pistas de su búsqueda del ladrón. En cierto caso, la pelirroja se sentía en medio de un caso detectivesco, pero mientras estaba en presencia de su cliente fingía tomarlo como un trabajo más.

~Bien... - dijo la pelirroja nuevamente golpeando la palma de su mano izquierda con el lateral de su puño derecho -Entonces el ladrón es experimentado, si no lo han logrado cazar, Probablemente use magia para no dejar huellas y... Roba apuntes de medicina... -Estuvo pensativa la pelirroja por unos segundos, pero luego reaccionó -¿No tendrá algún compañero mago en la academia de medicina?

~Bien, es un buen plan...- golpeó el lateral de su puño derecho contra su palma izquierda -¡Será fácil capturar al ladrón si lo tenemos todo cubierto!

El optimismo de la pelirroja era otra de sus características más notorias, siempe intentaba ver el lado bueno de las cosas, o como quien dice, "el futuro bueno". Pensaba que con una sonrisa en el rostro era más fácil terminar todo, y para ella, lo era. Se acercó al anciano y le dio dos palmadas suaves de aliento en su calva cabeza, y le sonrió cálidamente, intentando inspirar confianza.

~No se preocupe, ¡El dúo de pelirrojos lo tendrá todo controlado!- se señaló a si misma con el pulgar, sonriente.

Tomó al pelirrojo de la muñeca y lo haló saliendo de la casa, al parecer la pelirroja quería comenzar su primera misión rango D inmediatamente, aunque tratara de un plan tan simple como el que era vigilar una vasija de oro puro de un ladrón mago.

~¡Vamos, Lavy!- dijo, casi arrastrándolo -Nos iremos adelantando, por si el ladrón aparece antes.

Ya era una hora considerablemente alta de la noche, y la pelirroja al ser de sueño rápido se estaba comenzando a adormilar, sentada en el suelo y con su espalda apoyada en el pilar donde se encontraba el gran jarrón de oro que se supone estaba protegiendo. Incluso el nieto del dueño tuvo que despertarla de su adormitamiento un par de veces, por lo que Kallen se espabilaba y continuaba su especie de "Guardia" al jarrón. Pero fue el grito de su compañero pelirrojo el que la hizo despertarse por completo, y en un santiamén estaba de pié frente al jarrón buscando con la mirada al posible ladrón. Pero...

~¡A-acá no hay nadie!- dijo algo extrañada.

Le hizo una señal al nieto del anciano para que se mantuviera cerca del jarrón, y ella comenzó a explorar el lugar detenida y silenciosamente. Detrás de los mostradores: nada. Detrás de la caja: nada. Dentro de los gabinetes: nada. En el baño de la tienda: nada. En cualquier lugar que buscara la pelirroja, no se encontraba aquel hombre. ¿Dónde carajos estaba?

~¡N-no hay nadie aquí adentro, además de no... ¿QUÉ LE PASÓ AL VIDRIO QUE CUBRÍA AL JARRÓN?

El jarrón originalmente estaba cubierto por una caja de vidrio completamente lisa, pero ahora se encontraba con un gran orificio suficiente como para sacar el jarrón, pero éste aún seguía adentro. El nieto del dueño al parecer no se había dado cuenta hasta que la pelirroja mencionó el hecho.

Apenas logró oír la indicación de su compañero pelirrojo, volteó hacia donde éste señalaba, pero antes de que pudiera abalanzarse contra la silueta negra y capturarla el pelirrojo detuvo a kallen tomándole la mano, por lo que la pelirroja se quedó allí, siguiendo con la mirada a la silueta, observando como casi -repito, casi- es golpeada por la gran bola de luz que salió de las manos de Lavy. Al ver cuando éste lo alzaba del suelo y tan solo se trataba del mismo viejo dueño de la tienda todo meado, se aguantó por unos segundos la risa, pero luego soltó una carcajada. Pero paró en seco de reir cuando escuchó el tono alarmado del nieto del anciano meado.

~¿Qué sucedió?

Pero no era necesario responder esa pregunta, apenas y volteó a ver hacia la caja de vidrio donde se supone estaba el jarrón que estaban custodiando, pero este no se encontraba. Su cara de sorpresa fue épica, quedó boquiabierta.

~¿C-COMO RAYOS? Si nosotros... Aquí... hace poco... y...- señalaba con un dedo tembloroso la caja de vidrio vacía y abierta.

Es que, realmente, ¿Cómo rayo lo había hecho? 4 personas diferentes en la misma pequeña habitación, prácticamente alrededor del jarrón, ¿Y éste había desaparecido así sin mas? Era inexplicable... Este ladrón era todo un experto.

Se había acercado hacia donde se encontraba anteriormente el jarrón, examinando la pequeña zona, intentando encontrar alguna que otra pista que le pudiera conducir al culpable, algún cabello, alguna huella, algo... Pero no, este ladrón era todo un experto, por más que le buscara la vuelta al hecho, por más que intentaba encontrarle lógica, nada de aquello podía ser posible. O quizás si, si fuera todo un profesional del robo, y parecía que lo fuese. Enseguida escuchó los ruidos de arriba, y volteó a ver hacia el techo, y luego hacia el viejo.

~¡¿Y QUÉ ESTAMOS ESPERANDO PARA SUBIR?!

Tomó al pelirrojo del brazo algo violentamente, y comenzó a subir las primeras escaleras que encontró -Estas se encontraban junto al baño- a toda velocidad, tropezándose apenas de tata prisa, pero sin detenerse. Al ya estar en el segundo piso, comenzó a buscar con la mirada en la primera mini-habitación que allí se encontraba, la cual tenía la ventana abierta, esta habitación daba paso al pasillo.

~¿DONDE ESTÁ?- comenzó a correr por el pasillo, esta vez se había soltado de pelirrojo.

Corrió lo más rápido que pudo hacia la habitación del fondo, aquella que había señalado el anciano, abriendo la puerta de un golpe esperando encontrarse al ladrón dentro listo para ser pateado salvajemente por las poderosas piernas de la pelirroja... Pero no, allí no había nadie. Y lo que era peor, la joya -que se encontraba en una caja de vidrio parecida a la que cubría anteriormente el jarrón de oro- había desaparecido. Lo dedujo inmediatamente al ver un orificio en la caja de vidrio del mismo tamaño que el que tenía la caja de vidrio del jarrón, igual de perfectamente cortado e igual de limpio, sin pistas. La pelirroja se haló el cabello con ambas manos en señal de frustración, y gruñó.

~¡Se nos escapó de los dedos!-

Volvió a gruñir de frustración, evitando que escuchara aquel silbido que llegó de la nada. Pero justo cuando iba a voltearse para quejarse con su compañero y realizar un plan B, escuchó un sonido de tela rasgándose, y lo que quedaba de su ropa cayó al suelo. Su cara se pintó completamente de rojo y se acunclilló, recogiendo los trozos de ropa que quedaron e intentando taparse con ellos con desesperación, todo apenas en un segundo.

~¡¿QUE CARAJOS HICISTE LAVY?!- Se tapaba lo más posible con los trozos de ropa, y se mantenía acunclillada.

La pelirroja no solo andaba extremadamente avergonzada, sino que también tenía ganas de apalear y de noquear a mazazos a su compañero pelirrojo, ¿Cómo se atrevía a romper así como así el único conjunto de ropa que tenía allí, y además que traía puesto? Luego de intentar con todo lo que pudo taparse, tomó el mango de metal de su roto bolsillo y se levantó, planeando ir hacia su compañero para "reclamarle" físicamente. Pero entonces, siente un leve roce en el área del pecho, y luego en el área de os glúteos. ¿Qué había sido eso? El viento no era, se trataba de un espacio cerrado.

~¿Pero qué...?

Dijo al ver al pelirrojo en menos de nada recargar energía en su mano y dirigirla hacia ella, pensaba que iba a ser atacada de sorpresa, así que intentó apartarse hacia un lado. Pero al detenerse aquel puño lumínico justo en frente de ella, tal y como si hubiera impactado algo, la pelirroja logró comprender, se trataba de un ser invisible, que además había sido tan descarado que le manoseó. Fue inevitable que literalmente la pelirroja ardiera en llamas, el Guren Shield se había activado emocionalmente, cubriendo todo su cuerpo, hasta su cara.

~¡¿Conque yo era el cebo eh?! Me las pagarás para la próxima...-

No se logró ver su expresión, su rostro era tapado por completo por este escudo. Salió corriendo justo detrás del nieto ladrón, a toda velocidad, y cuando estuvo a una suficiente distancia de su espalda, exactamente cuando el nieto comenzó a bajar las escaleras saltando, la pelirroja se desprendió del suelo, usando todo su impulso para dirigir una patada voladora al centro de la espalda de aquel hombre, que además se quemaría al la pelirroja poseer la armadura "puesta".

La pelirroja cayó justo sobre la espalda del hombre, de pié, después de haber impactado. Le presionó con el pié en la espalda, acabando de quemarle la ropa y comenzando con la piel. Ya en batalla podría decirse que la pelirroja era un poco cruel, solo un poco.

~Robándole a tu propio abuelo... ¿Acaso no te es suficiente con que te de alojamiento? Escoria...- Alzó el pié y le dio un golpe con este en la espalda.

Podría admitir que estaba un poco confiada, la pelirroja pensaba que el chico rubio, el nieto del dueño de la tienda no poseía poder mágico. Le tomó totalmente por sorpresa aquella onda de magia que le golpeó hasta quedar unos pocos metros mas allá, dándole espacio al chico para que se levantase. Ya esto se había convertido en una batalla uno a uno, la maga de fuego contra el nieto ladrón, que quién sabe que poderes mágicos tendría, y aún más amplificados debido a la joya que debía recuperar. No solo eso, iba a ser una batalla cuerpo a cuerpo, o eso suponía la pelirroja, ella no podía invocar armas mientras poseía su preciada armadura, y el chico se había convertido en un hombre musculoso, solo eso.

~Fácil o no, ¡No te vas a escapar! ¡Devolverás eso, a como de lugar!

Se abalanzó contra el nieto ladrón, queriendo golpearle con sus encendidos puños, fortificados por la armadura de fuego sólido. Dirigió un gran puñetazo a la cara, en el centro de la nariz, esperando debilitarlo por el punto nervioso allí encontrado, además de quemarla un poco y distraerle con el dolor, y menos de un segundo después una poderosa patada al costado derecho de su adversario; su punto más fuerte eran las piernas, y desde la rodilla hacia abajo iba a impactar contra el hombre, esperando prender en fuego el traje de éste. Dio un salto hacia atrás, alejándose apenas unos tres metros, quedando de frente, preparada para recibir el contraataque que sabía que vendría. Después de todo, una distancia prudente entre el adversario y ella iba a poder darle el suficiente tiempo para realizar evasiones de último momento.

Cuando logró tomar distancia fue cuando pudo notar las imperfecciones de su armadura, se había agrietado tanto en el puño como en el brazo, como si la fuerza de los golpes que le dio al nieto ladrón no hubieran recaído en éste, sino en la armadura. Además de esto, su adversario no estaba herido ni por un rasguño. ¿Como era eso posible, si había usado gran cantidad de fuerza en sus golpes, sobre todo en su patada? Para un mago normal una patada en el rostro de la pelirroja sería torcerle la mandíbula, y para un pago especializado en pelea por lo menos romperle la nariz... ¿Pero esto?

~Tsk...- observó las pequeñas grietas en su puño, y las intentó cerrar con más fuego -¿Débil?

Era hora de usar el armamento pesado, aunque requiriera de gran poder mágico pensaba invocar a su grande y fiel mazo, ahora capaz de pesar 20 kg sin mucho esfuerzo, en un caso normal. Introdujo su propia mano en la armadura, y de allí sacó aquel trozo de metal que utilizaba como mango de sus armas, apretándolo en su mano, hasta cubriéndolo con la misma armadura, al ser un objeto pequeño. De allí salió su gran mazo rojo encendido, hecho de fuego sólido, el arma que venía utilizando desde su inicio en la alquimia.

~¡Ya veremos quién es el débil!

A gran velocidad, aunque tuviera el gran peso del mazo, se dirigió hacia su contrincante, dando un muy fuerte golpe con su arma al hombro derecho de éste, además de aprovechar el impulso para saltar hacia el otro lado de la habitación, hacia atrás de su contrincante. Aprovechó que su enemigo estaba de espaldas y dio otro gran salto, para darle un golpe directo en medio de la cabeza al hombre, justo en el centro de su mazo, con todo el peso de éste y toda la fuerza aplastante de la pelirroja.

~¡Mierda!

Fue lo único que alcanzó a decir la pelirroja, justo antes de que su adversario le tomara los brazos, y empezara a patearla y a darle rodillazos a una velocidad mucho más que sobrehumana, dejándola sin aire, haciendo que escupiera sangre por la boca. No le dio tiempo de más nada, ni de saltar, ni de esquivar, ni de pensar qué hacer para evitar ser golpeada. Incluso antes de que se rompiera por completo su armadora y se desvaneciera ya se había quedado sin aire, sumamente golpeada, y para rematar, con muy poco poder mágico al invocar a la vez un arma tan pesada y su armadura.

Con el último rodillazo, probablemente el más fuerte, terminó golpeada contra la pared del otro lado de la habitación, cayendo luego en el piso, boca abajo. Increíblemente el mazo aún no había desaparecido, aunque lo soltó y quedó tirado a si acaso medio metro más allá de ella. Levantó la mirada, con la boca ensangrentada, mirando a su adversario como si fuera lo que mas odiaba en el mundo, sobre todo al decir esas palabras. Pero su rostro de sorpresa se vio manifestado cuando el anteriormente mago invisible salió derrotado rompiendo una de las puertas, cayendo casi en el medio del campo de batalla.

~¡L-LAVY!

Sonrió ante el grito inspirador que le había dedicado su compañero, y se levantó del suelo, aunque lentamente. Tomó el mazo del suelo, y lo sostuvo con ambas mano, aunque al estar ya cansada físicamente éste se apoyaba igual del suelo, era pesado. Estaba decidida a ganarle al chico de titanio, a como de lugar, y mas aún si su amigo contaba por completo en que ella lo haría.

~¡Ya verás como se lo dejo ardiendo en llamas!

Levantó el mazo del suelo y, dando vueltas sobre si misma, tomó impulso para lanzarlo como una bola de plomo olímpica en dirección al chico de titanio, pero éste impactó en contra de la pared que se encontraba justo detrás de su adversario, probablemente causando que tanto el pelirrojo como el chico de titanio siguieran la trayectoria de éste hasta que impactara. Pero su intención no era pegarle a su adversario. Aprovechando esta corta distracción, la pelirroja aprovechó lo resbalosa que era la madera para deslizarse hacia su adversario, y con un suave y ágil movimiento deslizar el anillo amplificador por el dedo de su adversario hasta removerlo, y romper la distracción chocando contra la pared.

~¡Ahora a ver qué haces con tu preciado anillito!

Se colocó el anillo en su pulgar izquierdo, y apenas se lo colocó sintió que su poder mágico volvía a estar al máximo, o más que eso, estaba rodeada en una cálida llamarada amarilla, era su propio fuego interior, había logrado salir de su cuerpo. Se acercó paso a paso hacia el nieto del dueño, incinerando la madera del suelo por cada paso que daba, y lo agarró del cuello, dejándolo suspendido del suelo, quemando incluso un poco el cuello de la camisa de éste.

~Dependiendo de objetos, de dinero, de otras personas... Incluso robándole a tu propia familia, al hombre que te mantiene... No mereces llamarte mago, ni siquiera merecer llamarte humano, ¡Escoria!

Arrojó al chico en el aire, apenas centímetros más arriba, para que mientras se mantuviera en el aire darle un rodillazo en medio del estómago, poderoso, fuerte, combinando la fuerza de la pelirroja junto con su voluntad, ayudadas por el anillo. El chico terminó por completo Knock Out, golpeado contra la pared contraria de la habitación, incluso agrietándola un poco. Al ver que era territorio seguro, la pelirroja se quitó el anillo y cayó de rodillas en el suelo. Había vencido, aunque fuera ayudada por un artefacto mágico había logrado vencer.