Misión Rango E: El retorno de los orcos.

Un nuevo encargo nos había echo llegar, esta vez, nos encontrábamos nuevamente vagando por alguna calle de alguna ciudad de alguna extraña región, el punto, es que si, necesitábamos dinero, y fue casi mágico que nuestras súplicas fuesen escuchadas, ya que en una de esas caminatas, vagas y cansadas que solíamos tener, encontramos a una niña llorando, esta se veía claramente muy angustiada, no sabía que pudiese ocurrirle, pero nunca estaba de mas preguntar, además, posiblemente tendría una misión que hacer, y toda misión tiene recompensa ¿No? Si, recompensa que lo mas probable fuese en jewels, nunca estaban de mas, mas en estos tiempos donde hace harta falta el dinero... Si, comer pizza era la mejor forma de pasar el tiempo, pero para ello necesitaba dinero.

- ¿Estás bien pequeña?... -

???: Unas bestias horribles atacan la estación... Si es destruida... Mamá y papá no podrán volver...

El sólo escuchar sus palabras, me dieron a entender todo, para luego, sin razonar y a gran velocidad, partir corriendo a donde se encontrase la estación, Yu por su parte no entendía la prisa, hasta que luego recapacito, así era yo, no bastaban uno par de segundos para entender la situación y emprender camino, no importaba el riesgo, pero si alguien lo necesitaba, daba igual que tipo de misión fuese, la haría con una gran sonrisa en la boca, y así fue, sin demorar mucho, utilizando lo que fuese que hubiese al alcance, el viaje comenzó en busca del lugar... Estación Kunugi, debía esperar sólo un poco, pronto estaríamos Dango y Yu para ayudarles, daba igual cuántos enemigos fuesen, daba igual los feos o terroríficos que fuesen, daba igual la fuerza que pudiesen tener, nosotros nos la ingeniaríamos en triunfar, por que esa era nuestra meta... Creo, ayudar a los demás si lo necesitaban, y ahí entraba otro punto, si no podían pagar, era lo de menos, aun que bien, algo de dinero como recompensa no estaba mal, pero lo primero era acabar con lo que sea que causase el mal estar, ya fuese hablando o directamente con los puños, como era bien debido hacer.

- Yu... Tranquila, ganaremos esta misión como todas las demás, ya verás -

Yu: Espero no salgas lastimado como las otras veces... Aun que esperar es en vano.

Luego de correr un tiempo, llegamos a la estación mencionada, de esta, un grupo de personas se encontraba corriendo, despavoridas, como si no hubiese mañana, otras, se encontraban cerca, ya fuese aterradas o maldiciendo por no poder tomar el tren, aun que algo me había llamado la atención mas que todas esas cosas, y eran las súplicas de la algunas personas, puesto que por lo visto, familiares se habían quedado atrapado adentro con lo que fuese que atacara la estación, algo que odiaba era ver gente indefensa correr riesgo, ahora esto era personal, no permitiría que ninguna mujer, niño, anciano, hombre, perro, gato, tortuga o monstruo marino saliese herido.

De ese modo, me adentré a la estación, mientras muchas personas gritaban que no lo hiciese, claro, quizás no sabían que era un mago, pero quién era yo para culparles, ahora correrían cabezas, nadie se mete con los inocentes mientras yo estuviese presente y no bastó apenas entrar al lugar, para ver un monstruo verde, calvo, con un rostro atemorizante, mientras en el suelo se encontraba un niño con miedo, al tiempo que aquella bestia levantaba un mazo. Rápidamente, tomé mi arco, una flecha y con rapidez le disparé, como no se encontraba lejos, le di directo en la cabeza, provocando que cayese al suelo, al tiempo que el niño se levantaba y salía de la estación, a la orden mía.

- Que son estas cosas... Yu -

Yu: Son orcos... No es normal que ataquen así... De todos modos, es mejor hacer algo -

Dijo mi compañera, mientras yo asentía, al tiempo que de mi bolsillo tomaba unas cuantas tiras de corteza, esta era nuestra técnica especial, rápidamente le entregué la corteza a Yu, esta ingirió la corteza, sin tragarla, y luego, a gran velocidad se transformó en una serie de flechas, blancas, estas brillaban producto que la corteza se dividió en las flechas, además poseían el rostro de Yu en la punta de cada flecha.

- Qué comience la fiesta... -

Yu: ¡Vamos!

Así comenzamos con aquella pequeña matanza, claro, para mi no estaba bien actuar así, pero personas estaban en riesgo, y no tenía tiempo de razonar o hablar con ellos... Si quiera sabía si me entenderían o no, así que rápidamente, primero usando flechas normales, uno por uno comencé a disparar a los orcos, así cumplía una serie de funciones, en primer lugar, debilitaba a algunos, en segundo, lograba llamar la atención de los demás y en tercer lugar, aprovechaba esos momentos para advertir a las personas a que escapasen, era lo mas rápido que alcancé a planear... Si, planear, simplemente comencé a disparar flechas a los orcos, llamar su atención y aprovechar eso para que las personas huyesen simplemente fue un golpe de suerte... ¿Quizás?


- Bien Yu... Es momento de la acción ¿No crees? -

Yu: Vamos... Hagamos volar la estación.

De esa forma, decididos, tomé algunas Yu-Arrows, no quería ocasionar mucho daño a la estación, si no después la madre de la niña no podría llegar, así que simplemente, apunté rápidamente a zonas donde aquellos seres estuviesen juntos, para luego, disparar una cantidad de flechas, si quiera alcanzaban a impactar contra los "orcos" para hacerlas explotar inmediatamente, de esta forma no demoraría mucho en aniquilar a los seres de piel verde, aun que claro, demostraban una gran resistencia, pero pasado unas cuantas explosiones, terminaban en el piso debilitados o se volvían a levantar, pero luego de levantarse, bastaba una o dos explosiones para quedar en el suelo nuevamente, ahí si que no se levantaban. Fue en ese momento, en que uno de ellos, con un gran mazo, lleno de púas dio paso, ya cuando todos los demás se encontraban en el suelo, era el último, pero por lo visto, era el mas grande, feo y por lo visto, poderoso.

- Yu... Me encargaré de el... Quédate atrás -

Dejé a un lado mi caraj con mi arco, así mismo, Yu volvió a su forma original y se quedó sentada, algo confundida por mi actitud, pero sólo actuaba como un verdadero hombre, ya que al tiempo que yo me despojaba de mis armas, aquel... ¿Hombre? Si, aquel "hombre" también se despojaba de su equipo, su gran mazo, una armadura aparentemente echa de algo duro, entre otras cosas, los dos habíamos quedamos con simples ropas, cara a cara, ahora sería un encuentro entre dos verdaderos hombres, aquí sólo los puños serían los jueces del resultado de esta épica batalla.

- Yu... Mantente lejos, no quiero que salgas lastimada... -

Yu: Si el que saldrá lastimado eres tu...

Dijo mi compañera mientras una gota corría por su cabeza, quizás fuese por que me preocupaba por ella, siendo que estaba en un lugar seguro, mas que en claro, mi propia seguridad, pero como preocuparte si tendría por lo visto una buena batalla. Y así, elongando un poco, me puse en posición para darle de a cachos, mientras el por su lado, simplemente levanto los brazos y dio un grito, señalando que ahora era inicio de el desafío, y sin esperar, le devolví el grito, para luego correr hacia el.

Bastó ver su enorme puño alzarse en el aire, tan grande y lento no sería un desafío esquivar, y estando frente a el, solo me hice a un lado, pero el nada de tonto, dejo el puño en el aire, mientras con su pie diestro daba una dura patada, esa si no la vi venir y dio de lleno en mi tórax, mientras aprovechaba ese momento para bajar el puño y dar directo en la cabeza, simplemente me quedé en lugar, aquellos dos ataques había sido bastante devastadores, pero, era mi turno, y sin darle tiempo de celebrar, levante el puño en un gancho para darle directamente en la barbilla, y elevarlo unos centímetros en el aire, para luego dar un salto y clavar un golpe en su tronco, dejándole clavado en el suelo junto a un pequeño cráter.

Inmediatamente, apenas se levantó comencé a asestar una serie de golpes en el rostro, para luego asestar un último entre sus dos ojos, aquel ser aprovechó el momento de agarrar por la muñeca, para luego levantarme por completo y terminar con un azote en el suelo, fue cuando levantó el pie, mi oportunidad, con la espalda toda herida, di unas cuantas vueltas, y al momento que dio su pisotón, aproveché el impulso para elevarme, y dar una sola patada en su rostro, era su fin, tambaleándose terminó por caer a las líneas del tren, al tiempo que este pasaba y lo arrojaba, arrojándole lejos.

Los demás orcos, cuando se levantaron, me observaron con la corona de su líder, había derrotado a su guerrero mas fuerte y por tanto, ahora debían obedecerme, claro, me daba igual tener esclavos, por lo que como única orden, les apunté lejos, para que se fueran y dejaran la estación en paz, por fin había terminado el objetivo.

Así había concluido esta tan peculiar batalla, al tiempo que del tren, salía una mujer preocupada, con muchas maletas, la cual me observó, herido y todo, acercándose en primer plano a preguntar mi salud, observando como todos los orcos se marchaban, por lo visto había notado que me había desecho de todos, para luego preguntar sobre una niña, a la cual comenzó a describir, por lo visto se había retrasado algo, con esto de los orcos, el tren primero se había demorado en salir de la estación, luego partió cuando escucharon a un joven valiente y apuesto enfrentarles.

Sonriendo tranquilamente, simplemente le señalé que la niña, como un favor me había pedido acabar con los ya mencionados orcos, para luego comenzar a caminar a la salida, haciendo un gesto de "Sígueme", mientras Yu se sentaba en mi cabeza, claro, antes tomé mis prendas, me las coloqué y partí, como si no sintiese daño alguno, pero así era, debía ser todo un modelo a seguir y no debía aparentar dolor por cosas tan leves como golpes.

Niña: ¡Mamá! ¡Papá!... Onii-chan

A lo lejos, la niña comenzó a correr a nuestro alcance, si, había olvidado mencionar al padre, pero que mas daba, estaba sano y salvo de todas formas, así que, luego de admirar mis heridas por parte de la niña, mientras yo hacía gestos de "Descuida, no es nada", posé mi mano sobre la cabeza de la niña, para sonreír ampliamente, era satisfactorio ver a una persona feliz.

- Tienes unos padres maravillosos, recuerda, así como yo tuve el poder para salvar a tus padres, tu también lo tienes, sólo tienes que despertarlo ¿Escuchaste? -

Niña: Si onii-chan, yo protegeré a mamá y papá.

Yu: Como siempre Dango dando tus discursitos...

Así, mientras me daba vuelta para marcharme, la madre con el padre, aun que no fuese mucho, el gesto era asombroso, habían decidido darme algo de dinero a cambio por todo lo echo, simplemente, lo acepté luego de un gracias, para finalmente marcharme, levantando la mano en un gesto de despedida, el típico gesto que uso al llevarme dos dedos a la frente, como diciendo "Ahora nos despedimos, pero volveremos a vernos".