Mision rango E: Alma Perdida

Estando en el barco que los llevará a Hayato, Silver y a un compañero del Gremio de nombre Stefan, hacia la isla en donde fue solicitada la misión, las fuertes olas comenzarían a golpear el barco en el que van. –Esta misión no parece muy difícil.- Diría el joven Hayato mientras que ve la costa de la isla, para ello daría una sonrisa, y tomaría al pequeño lobo en sus brazos para ponerlo en su ropa, dejando solo a la vista su cabeza. –Stefan... ¿Verdad?- Preguntaría a su compañero, ya que al ser el nuevo del gremio aun no aprendía todos los nombres. -¿Listo para comenzar esta aventura?- Dice el joven mientras que el barco golpea la arena de la playa, para así bajarse del barco de un brinco. Aligerando la caída en la arena, se hincaría para así no sufrir ningún tipo de daño superficial. –Bien es tiempo de ir a preguntar donde se encuentra esa “alma en pena”. Aunque a mi parecer pueden ser patrañas y solamente nos están jugando una broma.- Diría mientras que hace negaciones con la cabeza, viendo como el lobo se quedaría mirando hacia un punto ciego, donde no se alcanza a ver nada, pero el lobo sentiría una presencia. –Aunque si llega a ser verdad...- Un escalofrío recorre el cuerpo de Hayato al decir esas palabras.

Parece que este chico se quedó dormido.

Diría mientras que camina hacia el centro de la isla, donde los isleños le mostrarían el camino hacia donde se encuentra una choza un tanto destruida, vieja, muy antigua para decir verdad.

¿Qué es este lugar?

Preguntaría mientras que mira a los alrededores de aquella choza, para así escuchar como si un vaso se cayera en su interior.

Hay alguien ahí.

Diría entrando a la choza, para así ver que no hay absolutamente nadie. Ni el vaso que se había escuchado existiría en aquella antigua choza.

Hm... Entonces los rumores son reales, aquí habita un espíritu que le gusta andar haciendo bromas o al menos eso parece

Caminaría de un lado a otro mientras que lleva su mano a su barbilla, cerrando sus heterocromaticos ojos. Pensando en una idea de cómo puede ver a ese espíritu, simplemente ocurrirían cosas estúpidas en su mente.

No, no creo que eso funcione. Ya sé. Llévenme con el jefe de la isla.

Al llegar con el jefe de la isla, Hayato preguntaría todo sobre la historia de la isla, para así intentar atar algunos cabos sueltos, e intentar averiguar de quien se tratase ese espíritu.

Y dígame, jefe ¿Cuánto tiempo tienen con estos problemas?

Preguntaría para así escuchar que llevaban no mucho, aproximadamente un mes desde que esto pasó. Escuchando tranquilamente sobre lo que decía el jefe de la isla, haría afirmaciones y uno que otro ruido con los labios.

Bien, déjeme esto a mí, yo me haré cargo.

Diría eso mientras que baja a su amigo canino Silver, señalando hacia el frente y haciendo una pose en forma de héroe diría en un tono muy serio.

Silver, tú lo podrás ver, así que ¡ve!

Al decir aquello, el lobo Silver correría hacia la choza de antes para así quedarse frente a esta erizando su pelaje y gruñendo con fuerza.

Bien parece que está aquí.

Abriría la puerta lentamente y diría en tono suave.

Se muy bien que estás aquí. Y se también quien eres. Y sé lo que viviste...

Diciendo eso, como si un ser humano, se sentaría en una silla para así escuchar lo que tenía que decir el joven Hayato.

Sé que eres un espíritu que vivió en esta isla, eres una persona que vivió casado con una mujer de nombre “María”, el motivo por el que estás aquí, puedo imaginármelo, piensas que no es feliz y por eso estás aun en este mundo, no te preocupes, ella será feliz, tú ya has hecho lo que tenias que hacer, no puedes hacer nada ahora, eres un fantasma.

Diciendo eso, pareciera como si la fuerza espectral comenzara a enojarse, haciendo que algunas cosas se cayeran de lugar la mesa del centro se caería como si alguien la hubiese partido a la mitad, mientras que Hayato, seguiría su mirada fija en aquella silla, donde presentía y esperaba que se encontrase el alma de aquella persona que había fallecido en aquella isla hace unos cuantos meses.

Bien, veo que reaccionaste como yo creía que lo harías, te diré la verdad, tú mujer, murió hace unas semanas, me lo dijo el jefe de la isla, ella te está esperando en el otro mundo, mientras que tú pierdes tu tiempo al estar aquí.

Diciendo eso, parecería que todos los disturbios que se ocasionaban en esa choza, desaparecían, quedándose totalmente quieto. Pasados unos diez segundos, se escucharía la voz de un hombre diciendo “Gracias”. Tras ello, una ráfaga de aire saldría por la ventana.

Una vez que aquella ráfaga de aire saliera de la choza, todo volvería a la normalidad, así Hayato y su lobo Silver, irían de nueva cuenta con el jefe de la isla, para así comenzar a narrarle todo lo que había sucedido, desde que habían salido de ese lugar, hasta que habían vuelto. El jefe de la isla soltó una pequeña lágrima ya que la persona que habían “exorcizado” era a su hijo, el cual había muerto unos meses atrás.

Tranquilo señor, al menos ahora su hijo ya está en un lugar mejor, junto con su amada, y vivirán eternamente amándose el uno al otro.

Diría aquella frase con una sonrisa en sus labios mientras que ve como el jefe de la isla daría una sonrisa y despeinaría la cabellera plateada de Hayato, para así solamente decirle que todo iba a estar mejor a partir de ahora en la isla.

Bien, tengo que partir. Fue un placer trabajar para usted.

Diciendo eso, subiría al bote donde su compañero seguiría profundamente dormido, para así pagarle al lanchero para volver a su gremio.