Estalactitas, estalagmitas... ¿Cuál es la diferencia? [Evento]

Hacia el este, y hacia el este, y hacia el este... No sabía si habían pasado horas, si era medianoche, o si tan solo habían pasado unos minutos desde que salió del campamento a explorar un poco, aquella isla era demasiado hermosa y paradisíaca como para quedarse a dormir, habiendo tantas cosas nuevas que ver, lugares de ésta que visitar. La pelirroja pasó por una playa con arenas mas blancas que su propia piel, algunos corales secos amontonados donde vivían cangrejos, un pequeño bote viejo y roído por el agua naufragado en la orilla de la playa y hasta un acantilado, el cual no notó en qué momento subió su pendiente. Solo se limitó a admirar la vista hacia el horizonte marino desde su cima. No dejaba de sonreír.

Pero el camino de arena y piedras se detuvo un poco mas allá, al este, donde prácticamente una montaña se interponía entre un lado y otro de la isla. ¿De dónde había salido? y por sobre todo, ¿Por qué la pelirroja no había notado su presencia de antes? Lo peor es que no sabía en qué punto de la isla se encontraba ni mucho menos. El único camino que abría en aquel lugar era el camino de vuelta, y eso para la pelirroja no era una opción. Pero, tan solo escalando unos 3 metros... Allí se podía observar una gran entrada a una caverna, quién sabe si poseía fondo o no, o si dentro de ésta habitaba alguna criatura.

Pero la curiosidad le ganó. De todas maneras, ¿Qué tenia a perder? Estaba más que confiada, y más con su cuerpo y su mente a todo dar, y llena de energía mágica para invocar cuantos mazos le diera la gana. Llevaba su cilindro de metal en el bolsillo, con eso era suficiente. Realizó su propio sendero a través de las piedras, había descubierto hasta hace poco su habilidad de trepar, por lo que no le fue difícil llegar hasta su objetivo. Se limpió las palmas de las manos cuando por fin quedó de pie frente a la entrada de la caverna. La entrada no era totalmente circular, pero daba aquella impresión, además de que tendría un radio de 6 metros aproximadamente. Todo lo de adentro estaba oscuro.

~Ecoooo~

Desde dentro se pudieron escuchar múltiples voces iguales a las de la pelirroja, así hasta desvanecerse entre el sonido del mar nocturno. Arqueó las cejas ante la duración del sonido dentro de la cueva, y dudó por unos segundos entre si entrar o no. Al final accedió ante sus deseos infantiles, y comenzó a caminar hacia adentro. Por cada paso que daba, la luz de la luna llena disminuía, hasta quedar por completo a oscuras, cuando quiso darse cuenta. La verdad, la pelirroja era un poco asustadiza, más estando en la misma oscuridad. Creó una bola del mismo material con el que realizaba sus armas, de un tamaño adaptable a la mano, con suficiente luminosidad para que no pisara en falso y pudiera ver unos 6 o 7 metros más adelante. Estaba un poco húmedo, y surgían púas desde el suelo y desde el techo de la caverna de vez en cuando, pero el terreno no era difícil de recorrer a pié. La adrenalina de estar completamente sola en un lugar como aquel le inundaba la sangre.

Soundtrack:

Si, era una caverna lo que en mis ojos se iluminaba, claro, lamentablemente tuve que dejar los cubos de carne con ojos tirados, pero bueno, si nos enviaron de pareja, yo encontré la comida y por ende, a la otra parte le tocaba llevarla, así que sin remordimiento comencé a correr a la susodicha caverna, cruzando el bosque y por al lado de la playa, esa hermosa arena fina la cual no se dejaba cortar ni por el agua, con cada brillante grano.

- Yu... Si algún día tenemos mucho trabajo y queremos tomarnos unas vacaciones, hay que venir aquí... Y traer a Manolo... Y claro, A Lavy, Kozu y su mamá -

Dije mientras no detenía el paso, pero al mismo tiempo, observaba la playa, la cual al parecer cada vez brillaba mas por los intensos rayos del sol, y aun que por mas calurosos que fuesen, no sentía ni la mas remota calor, claro, con la camisa abierta, los pantalones cortos, las sandalias y mi bandana, hacía que aquel calor, fuese simplemente un abrigador aliento. Y aquel abrigador viento que chocaba con la arena, produjo que sin darme cuenta, mi atención no tomase en cuenta la montaña, para luego impactar contra la misma, provocando un leve temblar en esta, bien, la playa sólo era un lugar de paso, ahora venía lo primordial, escalar, lo cual sin retardar, de un salto agarrarme de la primera saliente, y empezar a escalar velozmente, hasta un punto, ya semi agotado, chocar con las patas de Yu, esta se encontraba fuera la caverna.

- ¿¡Pero cómo diablos llegaste tan rápido!? -

Yu: A un lado hay un camino... Te lleva directamente hasta aquí.

- Ya veo... Hasta dónde llegará la tecnología -

Dije ya fuera de la caverna, mientras me llevaba mi diestra al mentón y admiraba el camino, para luego ingresar, observando el inmenso tamaño de esta, al tiempo que comenzaba a oscurecer, por lo que decidí entrar de una vez por todas, para aprovechar la luz, a diferencia de mi compañera, lo único que podía hacer ahora sería explotar la caverna, por lo que el sol que poseía debía aprovecharlo, y así, mientras me adentraba, pequeñas bestias y animales comenzaban a aparecer, algunas decidían saltar sobre nosotros, otras permanecían escondidas, pero las que atacaban, bastaba un golpe o dos para que corriesen a esconderse, claro, bestias pequeñas sin fuerza algunas, pero al tiempo, me encontré frente a un amplio manantial, lo necesario para refrescarme un poco, hasta que el sonido de unos pasos y una voz hizo eco, las voz parecía familiar, así que decidí esconderme en el techo, utilizando a Yu como soporte para no caer, y claro, por debajo mío cruzó la pelirroja, ya la había visto antes llegar a la isla, y no era como si no esperase verla en la caverna, su instinto de aventura era casi a mi nivel, por lo que lo mejor sería "saludar".

Así, bajé lo mas silenciosamente posible, aterrizando en unas masas blandas y peludas, al parecer estaban vivas... O no, ya que no producían sonido alguno, pero sirvieron como... Esas cosas blandas que usan para caer, y seguido avanzar por detrás de la pelirroja hasta darle alcance, para finalmente posar mi mano diestra sobre su cabeza, mientras con la otra me cubría de un posible ataque.

- No deberías estar explorando sola estos lugares, te pueden salir Dinosaurios, Alemanes o peor, chicos que besan posters de Zuki Jai -

No sabía cuanto tiempo llevaba caminando, pero en si el camino había sido infinito. Parecía que se repitieran las mismas púas, tanto desde el techo como desde el suelo, todas azules y con reflejos naranjas debidos a la luz de su fuego sólido. En algún momento del camino llegó a divisar una familia de muerciélagos, que cuando la pelirroja intentó saludar soltaron un chillido sonoro, por lo que prefirió quedaarse callada y seguir adelante. Un poco más allá pisó algo extraño, pegajoso y frío, que cuando observó era una especie de babosa gigante naranja con rayas celestes y barba de anciano que le miraba con gesto cansado, y que aunque haya sido pisada parecía intacta. La baba se despegó por si sola del pié de la pelirroja y se adhirió de nuevo a la babosa naranja, que al recuperar su líquido, se volvió y comenzó a arrastrarse a una velocidad más lenta que del Internet Explorer.

~Extraño, muy extraño...

Las palabras de la pelirroja, aunque las hubiera hecho en un tono moderado, resonaron por toda la caverna infinitas veces, como si millones de Kallens se encontraran repitiendo exactamente lo que dijo. Soltó una risita baja, para ella misma, que igualmente resonó en la cueva, le resoltaba gracioso el sonido agudo de su voz a pesar de su actitud y su edad. Le pareció más divertido si cantaba, y así hizo, era como si todo sonara en su cabeza.

Spoiler:

~Namida mo itami moo hoshii kae-

Se detuvo súbitamente al sentir una mano sobre la cabeza. Su cabello se erizó del susto, pero tomó la muñeca de aquella mano con ambas suyas y arrojó al que le asustó hacia adelante con muchísima fuerza debido a la adrenalina, sin que terminara si quiera la tercera palabra de lo que dijo. Se alejó más de 5 pasos increíblemente rápido, hasta que los quejidos de dolor de lo que parecía ser un chico le resultaron conocidos. Cuando éste se levantaba, se acercó y le dió un zape en la cabeza que le volvió a dejar en el suelo.

~¡Maldito, casi me matas del susto! ¡Incluso un fan de Britney Spears me hubiera asustado menos, joer!

Se sostenía el pecho con la misma mano que le zapeó, y suspiró un par de veces intentando recuperar el aliento, mientras continuaba maldiciendo. Cuando pasó su mano a sostener su frente un momento, se dio cuenta de que estaba cubierta por fuego. Había invocado el escudo y no se había dado ni cuenta, y hacía que todo el lugar brillara iluminado por su fuego, pero solo por un segundo antes de deshacer el hechizo. Volvió a estar en la penumbra, y esperó a que sus ojos se acostumbraran a ella, sacudiendo la cabeza.

~Ahora me pregunto, ¿Qué haces aquí? Pensé que sería la única vaga que al primer día se pondría a explorar las cavernas.

Soundtrack:

Si, me esperaba algún tipo de daño corporal viniente por la parte de la pelirroja, claro, estaba esperando algo así como un patada, un puñetazo, un cabezazo, hasta una mordida, pero no esperaba lo fuerte que se había vuelto para poder levantar diecisiete años de pizza, para consiguiente azotarme contra el suelo, dejando en el mismo una marca con las medidas de mi espalda, claro, con el levantamiento por suerte me dio tiempo para soltar el caraj con el arco y que no se rompiesen, lamentablemente esos pensamientos fugases no me dieron para planear alguna táctica de esquivar el "ataque".

Pero, como si no hubiese pasado nada, a su pregunta de "¿Qué haces aquí?", levantándome de un solo salto, levantando los pies e impulsándolos para levantar mi cuerpo, dándole la espalda de la camisa, la cual ya sucia, para luego darme la vuelta, mientras un pequeño agujero en el techo de la caverna daba una luz que caía directamente sobre mi, en una pose de firmeza pura, con la espalda recta, el pecho firme, los puños cerrados y casi aplastando las caderas, sin quitarle los ojos a la chica.

- Una mejor pregunta es ¿Cómo no estuve antes aquí? Dónde sea que pueda haber una aventura, una travesía legendaria por escribir o una historia épica para contar a los nietos, allí estaré yo -

Dije mientras escondía en mis pantalones un libro de frases épicas, aun tenía tiempo de usarlo, pero por lo visto mi imaginación iba por buen camino. A eso, Yu salto de algún lado de mi ropa, quedando de sentada en mi cabeza con esa expresión siniestramente neutral sonriente que siempre lleva y que ni siquiera al ver esas telenovelas brasileñas se le ve un rastro de risa, mas que el sonido.

Yu: Y no me olvides ¿Eh?

- Ah, cierto... Y otra cosa... Linda canción ¿Eh?... No sabía que cantaras -

Dije mientras llevaba mis brazos y los cruzaba, mientras sonreía con un tipo de "Si, te escuché cantar como Lady Gaga, ahora sonrójate, niégalo, abofetéame y oblígame a olvidarlo" o algo parecido, así como los diálogos de los comic's de Barney el Dinosaurio.

- Bueno, no es de extrañar que nos encontremos aquí, al igual que yo, tienes ese espíritu de aventura... Aun que siendo así, es extraño que Lavy no esté por aquí... Quizás está mucho más adelante... ¿Qué te parece si vamos a buscarle? -

Dije mientras daba vuelta mi cuerpo, pero con mi rostro seguía observándole, mientras estiraba mi brazo en dirección a ella y abría ampliamente mi mano, haciendo invitación a que viniese conmigo, cómo si en verdad supiese que el chico también pelirrojo estuviese aquí.