Dias de Vino y Rosas (Tali X jerico)

Recuerdo del primer mensaje :

Era el primer dia despues de la misión del mar, aunque aun tenia muchas heridas causadas por la pelea no puedo quejarme de la ayuda brindada por la joven; aunque no negare que su presencia me sorprendia y mas aun por la forma que usaba su magia me era como decirlo...interesante.
Asi que decidi poder pasear un momento en el parque de la ciudad de Magnolia la ciudad donde residia el gremio donde yo me uni y sinceramente por increíble que apreciere apreciaba de manera increíble, mi tiempo de paseo se vio forzado a que me sentara en un sitio equis de esta ciudad; ahí mirando a todos los habitantes volvi a sonreir por que regrese a casa y amaba este sitio no me recordaba a mi ciudad o las ciudades que visite.
Bostece mientras seguía sentado en la banca y suspirando quizás pensando en mi próxima misión
-espero que no muera la siguiente vez...- dije para mi

-Claro que es verdad. Nunca te he mentido ¿o sí?-dije, con una sonrisa. De reojo, pude notar que mientras la chica mesera esperaba nuestro pedido para llevarlo a la mesa, no dejaba de mirarlo. Y no solo eso, sino que también hablaba con su grupo de amigas, las cuales me dirigieron a mí un montón de miradas asesinas. Al parecer, no era muy bienvenida en este lugar. Pero bueno, tampoco es que pensara volver algún día.
No sabía que hacer o cómo actuar al momento que fue acercándose a mí, por encima de la mesa; me limité a retroceder para salvar siquiera algo de la distancia que nos había separado, pero prácticamente era imposible. -Yo no estoy celosa. No tengo ningún motivo para estarlo ¿O sí?- Dije, aunque en ese momento llegó la mesera y no dudo que nos hubiera escuchado, Agradecí mentalmente su interrupción y comencé a degustar mi pastel, para luego dar un sorbo a mi copa, aunque noté que por estar coqueteando con Jerico, la chica había derramado un poco del líquido en la mesa. Vaya, que sutil... Esperé que se alejara y continué comiendo, ignorando ese flirteo entre los dos. La chica se retiró y al fin quedamos solos. -No admitiré algo que no es cierto....-Dije, negando con la cabeza.

-mentirosa...-
Dije sin desenfado mientras tome la copa y me recarge en la mesa mientras acomode la venda que protegia mi ojo, asi mientras mire como comia su pastel también disimule mirar a las personas que paseaban por la calle y después de unos minutos que parecían eternos la volvi a mirar fijamente
-y si pudiera preguntar que tipo de hombre es tu hombre podría pensae, que responderías con la verdad?-
Pregunte con cierta suavidad y con un poco mas de sonrojo en mi rostro ante esta tajante pregunta, con mas curiosidad con esta misma cuestión hacia ella que otra cosa mas, aunque como predicho por el destino un chico de una edad promedio se acerco y levanto un ramo de rosas de todos colores hacia la chica y comentándome si desearía comprar las flores a la dama amada, mi sonrisa crecio mas y tome el ramo
-claro lo tomo y lo dare a la dama mas bella...-
Comente mientras giraba en rumbo de la mesera pero con una sonrisa se lo di a la señora mas agradable y que iba en compañía de su nieto o bisnieto ya que la vieja dama sonrio mientras me reprendia diciendo que las bromas no son buenas pero también reprendiendo a la pelirroja que era afortunada

Fruncí los labios en actitud de molesta y lo miré, indignada. Aunque mi enojo no duró mucho puesto que en realidad, parecía ser que mis celos eran muy obvios. En fin, no tenía caso seguir pensando que algo sucedería, pues él ya me había dejado claro que podría interesarse en cualquier chica, excepto en mí. Definitivamente yo no era su tipo. Primera vez que me enamoraba de alguien y no era correspondida, sin duda no era así como había pensado que sería, pero no todos tenemos suerte en cosas que tengan que ver con el amor. Por eso, cuando preguntó como sería mi hombre ideal, dudé un poco antes de responderle.
-La verdad es que el único hombre con el que he tenido trato hasta ahora, antes de conocerte, es con Yuesville y eso solo cuando activo el sello. Pero debe ser alguien que me ame por sobre todo, me proteja, sea cariñoso, detallista y considerado.-Suspiré, desanimada. -Pero eso solo pasa en los cuentos.-

Al poco rato, se acercó un chico que vendía flores y ofreció que Jerico comprara un ramo, para la "dama amada", pensé que se las regalaría a la mesera y eso parecía, cuando en realidad, la afortunada fue una dama que iba acompañada de su bisnieto. Aquel gesto de caballerosidad me sorprendió, pero bajé la mirada avergonzada cuando la señora comenzó a reprenderme. -No soy afortunada.- repliqué, muriéndome de la pena ahí, mirando ahora solo a mi pastel para evitar encontrarme con la mirada de Jerico.

Me puse de rodilla un momento frente a ella y levante su rostro, mientras la señora camino riendo y su pequeño bisnieto con el, quise pensar todo en un instante pero el pensar jamas traería anda bueno recordando los buenos tiempos que pase solo,aun dentro del gremio no podía negarme a nada de mis deseos que aunque mundanos eran mios; solo me basto para cerrar mis ojos y acercarme delicadamente a su rostro, todo sin dejar de mirarme en sus ojos que aunque grandes y bellos no dejaba de mirarme en estos, el tiempo que me acerque era tan eterno que ni unas cuantas palabras podrían describir...mas aun el destino que fue mis labios posándose delicadamente en su mejilla cerca de sus labios ya que este momento era solo un instante mágico que quería que perdurara y no terminara y asi me aleje, mo sonrisa dibujaba hasta que tome mi asiento y le mire esperando su reaccion

Cuando tomó mi rostro entre sus manos, mi respiración se detuvo. No podía ni quería moverme, pues temía que al hacerlo, esa magia fluyendo en el ambiente, se desvaneciera. Verme reflejada en sus ojos, y que él pudiera verse en los míos, era un una sensación indescriptible. Aún si no pasaba nada, éste era para mí el momento más romántico que había vivido, superando por completo cualquiera que pudiese haber llegado a leer en mis novelas románticas o en algún cuento.
Esto era como sentirse una princesa, solo que en la vida real, aunque sabía que el desenlace no sería el felices por siempre con el que acababa el cuento. Cerré los ojos, esperando que sus labios se juntaran con los míos, pero eso no sucedió. Lo único que pasó fue un beso casto en la mejilla, de amigos, nada más. Despertar de aquella fantasía fue abrumador, no sabía como sentirme realmente. -Yo.... creo que Yuesville debe estarse preguntando donde estoy.-Dije, poniéndome en pie para irme de ahí.

Cuando al chica se puso en pie para retirarse, me puse al mismo tiempo en pie y en vez de hacer algo tome mi bolsa de dinero, asi en ese sentido la lance a las manos de la mesera y camine detrás de ella
-hada...hada...-
Camine detrás de ella y asi la tome del brazo para girarla hacia mi mirándome de frente
-hada espera...perdon si hice algo indebido...no quise molestarte con ese beso...pero si quieres que me disculpe no lo hare lo hice con sumo gusto y placer , lo sentía dentro de mi y lo sentía necesario no me importaba nada...sinceramente si quería que por lo menos sintieras que hay algo dentro...te quiero pedir mas que solo una amiga, quizás como compañera pero no dentro del gremio me queda claro que no eres del tipo de chica que prefiere hacer raíces pero si como compañera para mi para mi...-

Salí de ahí con el orgullo por los suelos y el corazón destrozado. Seguramente, quien había visto la escena se reía de mí en este preciso momento. Definitivo, ya no más. Primera y única vez que me interesaba en alguien. Furiosa conmigo misma, caminé a toda prisa, pensando mil cosas a la vez: seguramente Jerico estaba entretenido divirtiéndose con la mesera y le había importado poco que yo me fuese del restaurante. Claro ¿Por qué no me había dado cuenta antes? Lo primero que haría al llegar a donde pasaba la noche, sería recoger mis cosas y partir rumbo a otra ciudad tan pronto me fuese posible. Aunado a eso, tendría que aguantarme el sarcasmo y la reprimenda que me daría Yuesville, por haberme dejado engañar así.

De pronto, sentí como alguien me jaló del brazo y me giré, quedando frente a Jerico. ¿Qué quería? ¿No bastaba el rídiculo del restaurante? Me limpié las lágrimas con furia, enojada conmigo misma y le miré, aunque de nuevo rompi a llorar. -Ese beso.... es que...- No supe que decir, tan solo me limité a seguir escuchándolo atentamente. -Que...¿Qué quieres decir? No entiendo.-La esperanza renacía en mí, pero no quería ilusionarme demasiado pronto.

Sin pensar mas solo me atrevi a abrazarla, suavemente sin decir palabra alguna solo eso, por este momento y dejar que el centro comercial fuere nuestra música de una pista de baile de mil colores y como pretendiendo que el tiempo se detuviera mágicamente quise solo esto, estrecharla con esto que dentro de mi nacia.
-quedate...- le dije sin querer soltarla -no necesariamente afiliada al gremio de fairy pero quédate...se que es una petición que quiero que se escuche, mas aun quiero poder creer que la escucharas...ahora no puedo ofrecerte algo mas que lo que demuestro- comente mientras me separe un poco para mirarle fijamente -pero quiero que nazca mas...quiero estar contigo y no dudo en pedirlo, es mas me digno de decir que estoy casi por exigirlo...por que esto que se siente no se puede esconder simplemente...por favor solo acepta y que siga creciendo no como pasara pero no crecerá....quiero lo contrario a plena voz con pleno corazón con este corazón con esta voz que escuchas secretamente en tu oído, soy Jerico Junkers y realmente quiero que seas compañera, luego amiga y quien sabe que pueda nacer...-

Al abrazarme, dudé un poco en corresponder, pero pronto mis brazos rodearon su espalda y me apoyé contra su pecho, cerrando los ojos para disfrutar de su calor y el sonido de los latidos de su corazón. No me importaba si la gente del centro comercial salía para vernos; en ese momento todo se reducía a aquel hermoso abrazo que nos unía en esta nueva historia.
-Yo....-Susurré, alzando el rostro para poder encontrarme con su mirada. Sabía que él no quería soltarme y yo tampoco deseaba que lo hiciera. -Pero si me quedo... ¿cómo haré para verte? Tú estarás en el gremio y yo jamás entraría a ser parte de uno. Eso es lo que me preocupa de todo esto...-Había que sincerarse, independientemente del hermoso momento, había muchas cuestiones que debíamos resolver. -Lo cierto es, que no quiero perderte...-Admití, mandando el orgullo al diablo.

Escuche su respuesta y sin pensarlo me aleje para mirarme a los ojos, sus ojos eran hermosos y un tanto llororos que me anime por mi propia mano a limpiarlos, mis dedos se movían sobre su mejilla
-no debes de llorar Hada, una bella chica como tu nunca debe de llorar...nunca no importa que pase yo te protegeré con toda mi fuerza y mi valor...lo prometo siempre...despues que la diosa decida que hacer pero si todo sale como lo he deseado podremos ser mas cercanos y deseosos de mas, poder ponerle un titulo a esta historia y una imagen a esto...-
Comente mientras señalo mi corazón, quizás por un momento lo que dije no tenia sentido alguno pero para mi lo tenia, lo que tali representa era mas de lo que podía imaginar y hacerme inseparable de ella era mas que nada un deseo mas que propio era ya casi una necesidad

Sonreí de forma trémula, sintiendo como me faltaba fuerza en las piernas, pero aún así, seguí mirándolo emocionada. Tomé sus mano cuando acarició mi mejilla y le sonreí, más no dejé de mirarlo ni un instante. Sentí como limpiaba mis lágrimas y me froté contra su mano, en un gesto cariñoso, de forma tierna.
-No quiero llorar, pero es que no puedo evitarlo... es algo extraño, lo sé, pero no puedo controlar mis sentimientos, perdón.-Dije con una sonrisa, mientras mantenía ese sonrojo en mis mejillas. -Entonces me quedaré, aquí en fairy tail, más no me pidas que entre a tu gremio, por que es algo que no pienso hacer de ningún modo.- Dije decidida, mirándole a los ojos, pero enseguida me aproximé para seguir abrazada a él.

Me sentía tan feliz que casi pareciera que mi pecho saldría de mi pecho, tome su mano al dejarle de abrazar y camine por la avenida, regrese al restaurante y recogi mi bolsa mientras pagaba lo que habíamos consumido y la mesera nos dio dos rosas las cuales inmediatamente di a Tali, casi todos los del restaurante, principalmente los empleados aplaudieron a nosotros la pareja que hablaba y quizás se formaría en ese momento
-a lo que dijiste de quedarte en la ciudad mas no en el gremio...me alegra demasiado...en verdad que si es de trabajo prefiero elegirte a ti primer termino...eso es mas que seguro y completamente una verdad...vamos quiero mostrarte un sitio mas...-
Comente al insntante de esperar su mano mientras estoy yo solo en medio de todas las personas que seguían comprando en esta calle de ventas, el sitio no era lejos de aquí de hecho era uno que siempre me agrado....

Abrazados, volvimos al restaurante a recoger el resto del dinero que habíamos dejado en el restaurant. La mesera que minutos antes había estado coqueteando con él, nos dio dos rosas y él a mí, lo cual fue un lindo detalle de su parte. La gente que estaba en el restaurante, más que nada los empleados, comenzaron a aplaudirnos, lo que hizo que me sonrojara. La verdad era que me sentía feliz por que todo esto hubiera salido bien después de todo.
Salimos del restaurant y continuamos caminando. Escuché atentamente lo que dijo y sonreí, sin dejar de mirarlo. Asentí cuando dijo de llevarme a un nuevo lugar y la verdad es que estaba emocionada por que quería ver ya cuanto antes aquel maravilloso sitio al que me llevaría.

Llegamos en menos de unos minutos al gremio fairy tail, este castillo se alzaba hasta quien sabe cuantos metros; mas en vez de cualquier cosa doblo en dirección contraria hacia una vereda
-esa casa de ahí es propiedad del gremio...se llama fairy hills, es una casa para las chicas....pero no iremos ahí...-
Camino rodeando la casa y llego a una cumbre que es pasando mas lejos de la casa a un paisaje donde se domina la mayor parte de la ciudad, el puerto y principalmente donde se extiende el mar, el mar mas azul que con el sol cayendo ilumina de forma maravillosa, me siento al borde del precipio y suspiro largo añadiendo además de nostálgico mientras la brisa sopla frente a este joven, la tarde mas iluminada y tranquila frente al mar como nadie pudiera haber soñado quizás o por lo menos imaginado en mucho tiempo
-que esperas ven...-

fairy tail:

fairyhills:

mar de magnolia:

Cuando llegamos al gremio Fairy Tail, no pude evitar sentirme maravillada por la hermosura de aquel castillo que servía de dormitorio para chicas; era un lugar bastante grande y si por fuera prometía, seguro que por dentro debía ser increíble. -Las chicas de tu gremio deben sentirse como princesas viviendo en un lugar así, debe ser grande y muy hermoso, como en los cuentos que he leído.-Giré a mirarlo con una sonrisa. -¿Lo es? ¿Es hermoso vivir ahí? ¿O tu vives en un sitio más lindo?-Dije, con bastante curiosidad, pues realmente si aquel era el dormitorio de las chicas, seguro donde él vivía era un lugar bastante mejor, además que ese tipo de edificios me llamaban bastante la atención. Cuando me llamó a su lado, me acerqué poco a poco y me senté junto a él, observando el esplendor de la ciudad de Magnolia. -Esto es muy hermoso... de verdad, nunca me imaginé que visto desde otra perspectiva, el mundo fuese bello.-Comenté, sonrojándome.

-umm...-
Pensaba yo mientras seguía mirando al mar tranquilamente y la brisa sonaba como un concierto casi tan bello que no habría palabras para describir su hermosura y el olor de mar podía hacer que todos los sentidos maravillar, el viento refrescaba con su paso y me gire a verle
-nunca he entrado a Fairy Hills pero se que la renta es de cien mil jewels y una de las chicas...tiene cinco cuartos rentados...-
Comente recordando esa persona y lo temible que era y nunca mas hablar de ella bueno yo no, cuando pregunto si vivía en algún sitio, mire a mi lado y señale una calle
-al final de esta calle está el caudal de un rio seco, esa es la zona ultima de la ciudad ahí hay un hotelito no muy elegante pero acogedor, vivo en ese hotel ya que paso la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad...bueno o siempre pensé hacerlo hasta ahora...-
Comente mientras le miraba

El sonido del mar era una música relajante y tranquila que calmaba los sentidos de cualquiera. Y compartir una tarde tan maravillosa a su lado, era simplemente genial. Tan solo podía decir eso. Escuché lo que me decía y suspiré, apesadumbrada cuando me comentó de aquella chica de Fairy Hills. -Vaya, pues sí que le gusta gastar jewels... ¿Para qué querrá cinco habitaciones si con una le podría bastar? Además, hay mucha gente que necesita dinero.... y ella lo está malgastando.-Comenté indignada. La verdad es que ese tipo de excesos me parecían innecesarios pues yo conocía los peores casos de personas que necesitaban ayuda y muchas veces morían en el desamparo total. Con una sonrisa, seguí su dedo indicándome un punto en específico de aquella ciudad, el que parecía ser un hostal donde él residía. -Pero algo es mejor que nada. Y al menos duermes en una cama acolchonada, arropado y tienes qué comer.-La verdad yo temía demasiado decirle donde "residía" en aquel momento, pues era algo realmente vergonzoso.

-quizas...-
Conteste mientras tomaba su mano, mi quizás era tanto para lo que dijo de la maga que rentaba en exceso y sobre el comentario de mi “residencia” hasta que pensé un segundo en toda esta platica y lentamente abrazandole la acerque a mi para darle un beso en su mejilla
-y dime quiero saber lo que me falta saber de ti...
Pregunte con cierto recelo en mi voz ya que si quería hacer lo que pedi en ese maravilloso sitio debería hacerlo hoy en este momento no había tiempo perfecto para hacerla
-donde vives...en que zona de esta inmensa ciudad puedo ir a visitarte...-
Pregunte mientras me presente en verdad interesado y mas aun si la persona de la que necesitaba saber era la misma que me hizo este sentimiento...quizas sabiendo donde empezaría ya a reunir todo esos lujos ganados en misiones y pensar en un sitio firme en magnolia

Con una sonrisa, me acerqué a él para dejar que sus labios besaran mi mejilla y yo hice lo mismo, besando la suya. La verdad es que me sentía feliz por todo esto, más pronto llegó el momento de revelar donde vivía, justo lo que yo había rogado que no preguntara. Pero no podía mentirle, ya había mentido una vez antes de que las cosas entre nosotros surgieran y no podría hacerlo de nuevo. No, a él no...
Suspiré, mirando hacia el frente, con la ciudad en todo su esplendor delante de nosotros y señalé un punto fijo en la enorme urbe; nada más y nada menos que el camino que llevaba a las afueras de la ciudad, el cual estaba rodeado por unos cuantos árboles pero no dejaba de ser solo terracería.
-Ahí vivo.-Dije señalándole precisamente ese camino. Esa era mi casa por ahora, como lo habían sido muchos caminos así.

En el momento que la chica me señala su “casa” actual solo la miro y me quedo pensativo, en ese momento no emito ni un ruido mas solo estar cerca de ella; aun a pesar de todo era una joven y en especial necesitaba mi ayuda aunque no lo pidiera, mas en este preciso momento preferí solo sonreir y abrazarle
-por que no vas al hotel, de hecho cuando estoy en el apenas y puedo quedarme, y aun me cobran la estadia por que no por asi decirlo tu estas en el cuarto y yo voy a pasear por todo el continente...que al finale es lo que mejor hago....-
Aunque pude decir cosas mejores solo esto pude decire por un momento me odie al no decir algo mas o quizás algo que fuera bueno ante todo lo que vi de Tali, pero creo que lo que dije lo dicto mas mi corazon

Negué con la cabeza al escucharlo y luego reí, divertida. -Sabes que no tiene caso, pues yo también recorro el continente con más frecuencia que tú, eso seguro.-Dije divertida; además de que a mí me encantaba sentir la frescura del viento y la naturaleza cerca de mí, me hacía sentir tranquila. Era como estar en mi ambiente natural a pesar de ser una maga umbra, me encantaban los ambientes naturales, aunque no sabía con exactitud por qué
Además, no tenía porqué preocuparse, sí yo no había tenido nunca ningún problema con dormir de forma natural. Y tampoco Baskerville, así que eso no era un asunto en discusión de algún modo. Agradecía su ayuda, pero no podía aceptarla, al menos no ahora y él lo sabía, aunque agradecía su gesto de caballerosidad.