Misión rango E: Calabozo de Gorgros (Madness-Lyra)

Una especie de Demonio a emergido dentro de uno de los volcanes, cercanos a la ciudad, al parecer esta causando erupciones constantes, aunque por ahora ningun pueblo de las cercanias se ha visto afectado de las mismas, sin embargo antes de que algo pase habria que investigar alli adentro, pero nadie se anima a entrar debido al calor. Se recomienda tener extrema precausion ya que al acercarse puede ser que otra erupcion ocurra o mientras esten dentro de este.

Mientras aguardaba a Madness releí de nuevo la misión en la que me había metido, ciertamente, debía estar demasiado distraída como para haber cogido semejante locura. Una misión dentro de un volcán, aquello era un completo suicidio si no se tenía un poder de hielo, o algo que refrigerase el cuerpo con semejante calor. Daba gracias a tener un poder acuático, aunque, de todos modos, quería terminar cuanto antes aquella misión. Si bien se trataba de un demonio el que estaba dentro del volcán nos llevaría su tiempo eliminarlo, pero tenía que reconocer que sentía muchas ganas de probar mi nueva e infalible técnica que dejaría fuera de combate al Señor Escupe-fuego por una temporada.
Decidí encaramarme a una de las rocas que se encontraban en el borde del volcán, quedando agachada mirando el interior, las rocas volcánicas aún estaban calientes pues, según tenia entendido, la última erupción no había sido hacía muchos días. Al contrario que en mi anterior misión, aquel día era insólitamente soleado, lo cual me hacía tener aún mas ganas de acabar la misión cuanto antes.

Di un respingo en cuanto escuche su voz a mis espaldas, le miré ceñuda.
-No importa- dije mientras acariciaba la cabecita de Apolo- lo extraño es que aparezcas detrás de mi como una sombra y me asustes.
Me levanté fingiendo enfado, la verdad era que agradecía que hubiera llegado, aquel sitio era escalofriante. La lava que bajaba por las paredes y el suelo desprendía un hedor bastante desagradable, no era una misión muy agradable, pero cualquier cosa por conseguir una cuantiosa recompensa.
-Tendré cuidado- dije señalando el recipiente de cuero que llevaba a la espalda, al no haber agua dentro de un volcán, tenía que traerme la mia, aunque era bastante pesada, y si se me acababa estaría en serios problemas- si es un demonio de tipo fuego no tendremos problemas para derrotarlo.
Por aquella razón había aceptado aquella misión, porque el fuego era vulnerable contra el agua, pero la lava era otra cosa muy distinta. Todo andaba muy tranquilo, lo cual hizo que me pusiera aun mas en guardia. La lava comenzó a borbotear sospechosamente, un vocecita en mi cabeza gritaba que ya nos habían descubierto, giré la cabeza, y abría mucho los ojos al ver que, de la misma lava, una enorme bestia color granate indefinido comenzaba a aflorar.
-A...apolo, Mad... no es por nada, pero creo que ya nos han...encontrado-dije, mirando hacia arriba, pues la bestia no parecía, ni mucho menos, amigable, ni pequeña-no entiendo por que sueltan monstruos hambrientos por ahi, deberia ser ilegal...

Fantástico, no estábamos solos, y por si fuera poco, el segundo animal, o lo que fuera aquello, era grande y feo. Observe como Apolo me cubría, aquella vez no iba a caer tan fácilmente, me esforzaría al máximo, demostraría que yo también tenia madera. Probaría mi nueva técnica y dejaría a aquella bestia tiesa de un par de golpes, seguro que mis compañeros quedaban sorprendidos. Abrí mi recipiente de agua y me dispuse a atacar, aunque tuve que esquivar una de las bolas incandescentes que me lanzó mi nuevo rival.
-Dañas mi vista...-comenté mientras preparaba mi técnica. El agua se arremolinó a mi alrededor, rodeando mi brazo derecho, levanté la cabeza con lentitud y armé el brazo- ¡Puño de Agua!
El agua de mi brazo, tomando forma de puño se disparó, alargando mi propio brazo y dando de lleno a la criatura en el centro de la frente. Solté una carcajada de júbilo, aunque no tardé en volver a ponerme en guardia, la bestia comenzo soltar fuego en todas direcciones, corrí hacia Apolo, justo para apartarlo, antes de que una de las explosivas llamas los alcanzara. Dejé a Apolo en el suelo, colocándome delante de él y lanzando otro puño de Agua, aquella era una situación mas que seria. Corría hacia el monstruo y di un salto justo delante de su deformado rostro, armando el puño de agua, que disparé rápidamente, la fuerza de este me lanzó para atrás, aunque igualmente a la bestia, que cayó al suelo y volvió a convertirse en lava. Por mi parte, caí contra una pared, me levanté tambaleante, suplicando que Madness fuera sensato y no tuviera problemas con su rival.

Miré a mi compañero con preocupación después de que su contrincante cayera al suelo, convirtiéndose en una masa de rocas inertes. Corrí hacia donde estaba y le tomé por el brazo, manteniendo el ceño fuertemente fruncido, sabía que aquella expresión de mi rostro era bastante temible, y nadie se atrevía a replicar nada si el miraba asi.
-Iré yo delante- le dije con seriedad- no ataques mas hasta que no te recuperes.
Le solté y comencé a caminar por delante de él, escuchando como unas pisadas se iban acercando poco a poco, aunque no se podía saber muy bien de dónde provenían, ya que el eco sonaba distorsionado. Miré en todas direcciones, tratando de estar alerta.
-Es muy molesto cuando te estas divirtiendo y tienes que parar porque unos niños molestan- dijo alguien desde algún punto de la sala, me giré en redondo, colocándome delante de Madness, de manera que yo quedaba de frente a la figura que caminaba hacia nosotros. Al principio pensé que tenía apariencia humana, caminaba sobre dos piernas, pero en cuanto conseguí verle bien la cara, sali de dudas. Tenía la piel rojiza, y sus ojos eras tan negros como el carbón, estaba casi segura de que era un hombre, aunque los rasgos no eran muy definidos, un par de cuernos salían de su cabeza y las alas membranosas de su espalda eran color negro- es de mala educación entrar en casa de alguien sin permiso.
Su voz me irritó al instante, y su tono de superioridad aun mas.
-No tenemos tiempo para estupideces-solté asqueada- me dan igual tus juegos, tu vas a largarte de aqui.
Él me miró divertido, como si le estuviera hablando un oso de peluche.
-Que niña mas mona-dijo burlón- pero si pareces una muñeca.
Aquello fue todo lo que necesité para comenzar a atacarlo, se comería sus palabras.

Después de que me hubiera dicho aquello, me dieron ganas de patear a aquella persona deforme hasta que suplicara clemencia. Le lancé un puñetazo que logró detener de alguna forma. Después de eso, escuche las palabras de Mad, y algo en mi se encendió, aunque no sabía muy bien el que. La mirada burlona de la criatura pasó de burlona a asustada y de nuevo a burlona, su sonrisa se ensanchó de manera antinatural.
-¡Esto es aún mas divertido!- exclamó con su chirriante voz al tiempo que nos empujaba a Madness y a mi hacia atrás con violencia, aunque parecía alto y delgaducho, tenía una impresionante fuerza. Logré guardar el equilibrio, mirándolo desafiante- ¡Me pregunto a quién mataré antes! ¿Qué sera mas divertido?
Aquello si que era demasiado, entorné los ojos y coloqué mis manos unidas junto a mi costado, la luz se concentró en ellas de una manera bastante alarmante y el agua que llevaba en mi cantimplora salió de golpe, avancé lentamente, con la cabeza gacha, en dirección a mi objetivo.
-El único que va a morir aquí vas a ser tu- le solté- ¡probaras el filo de mi Látigo de Agua!
Dicho esto, la energía que había quedado acumulada en mis manos se disparó a una velocidad vertiginosa en dirección al demonio, o lo que fuera aquello. Pero él lo esquivaba, no servía de nada, de repente lo perdí de vista, y aquello era malo, muy malo.
-Buh- dijo una voz siseante en mi cuello, noté como se me ponían los pelos de punta al notar su aliento en mi nuca. Noté como una de sus manos me agarraba la muñeca como un grillete-te atrapé.

-Le daba igual la expresion de aquella cosa que estaba parada delante de el, despues de aquellas palabras que habia dicho, solo tenia ganas de apalearlo lo mas posible, sin embargo Lyra reacciono despues de su ataque. La mirada burlona de aquella cosa, no hacia mas que Madnees sienta mas ganas de golpearlo. Escucho las ultimas palabras de aquella criatura...Morir?, ja no iba a morir ahora-

Si crees que puedes matarme, intentalo.

-Haciendole una seña provocativa con su mano, para que venga. Sin embargo en ese mismo momento Lyra comenzo a caminar hacia el frente, creando su ya visto latigo de agua, una tecnica bastante util en un lugar como este. Su magia comenzo a ser esquivada por aquella criatura hasta que de repente, la criatura le aparecio atras y tomo su muñeca diciendo "te atrape". La cara de Mad se lleno de ira luego de esto y con una corrida hacia adelante, le pateo la cara a dicha criatura, tomando a Lyra por la cintura y saltando hacia atras, colocando una mano en la muñeca que este le habia tocado-

No dejare que vuelvas a tocarla....No a ella..

-Sus ojos se encontraban enardecidos, era tal su enojo que dicha criatura estaba destinada a morir. Solto a Lyra dejandole alli detras y camino hacia la criatura-

Ooooh, si tanto te molesta, moriras primero

Intentanlo, cara de sapo.

-El comentario de Mad habia hecho enojar a la criaturas la cual se lanzo sobre el, sin embargo mantuvo la posicion para detenerla, ya que Lyra se encontraba detras, aunque sus heridas le dolieron luego de recibir el impacto, no hizo mueca de dolor ni nada, solo lo empujo hacia atras-

Rio Reverso... -Apunto con su objeto hacia el golem hecho cenizas volviendo a este a su forma natural y grandota- Corazon de Yong -Le dio vida a dicho Golem para ayudarlo en la pelea y que sea mas eficaz- Aplastalo...

-El golem se acerco dando largos pasos hacia la criatura y comenzaron a golpearse, mientras Madnees esperaba al momento para entrar en pelea, cuando se vea el punto ciego. Una vez localizado, comenzo a pelear a la par del golem, dejando a la criatura sin posibilidad alguna de defenderse, incluso haciendola sangrar, aunque la criatura al no poder defenderse continuaba atacando al golem, ya que era el mas grande de los dos. Mad desvio su mirada hacia Lyra-

Quieres Divertirte un rato?, no le queda mucho tiempo

-Con una sonrisa en su rostro, sin embargo aun guardaba algo de ira, para liquidar a la bestia, un par de golpes mas y estaria muerta o inconciente dependiendo de lo que quiera hacer-

A punto estuve de patear a aquel desconocido que osaba tocarme, miré mi muñeca atrapada. Como me temía, Madness no tardó en actuar, lo cual me conmovió bastante, sentí su mano en mi cintura, y la ira tiñendo sus ojos dorados. Quedé mirando la escena bastante anonadada, lo mio no era golpear hasta la muerte, yo prefería técnicas más sutiles, aunque en aquel caso, haría la vista gorda. Me acerqué a la criatura, que estaba tendida en el suelo, boca arriba, y no tuve ningún escrúpulo, a pesar de que estaba herido y apenas podía hablar le cogí del cuello de la camisa y le dediqué una mirada envenenada.
-Dime que es lo que hace al volcán escupir fuego- le dije, modulando la voz.
Él jadeó y fue a decir algo, pero no entendí el que, parecía un idioma extraño o quizá un hechizo, no lo sabía muy bien, le zarandee con el ceño fruncido.
-¡No tenemos tiempo para adivinanzas, bastardo!- grité llegando al cúlmen de mi enfado- ¡Dímelo!
Él vaciló, mirando mi rostro fijamente ¿Esperaría a morir para no tener que decir la verdad? fui a golpearlo, cuando sus labio formaron una frase en el aire. Después de escucharla, le solté con violencia y miré a Madness, sin un ápice de sonrisa en mi rostro.
-El secreto reside en el origen del radio-dije con voz tranquila- eso es lo que ha dicho.
Eché a caminar hacia la única entrada que había hacia lo más profundo del volcán.
-No es demasiado bueno con los acertijos- comenté aburrida- el orígen del radio, es el centro de la circunferencia, por lo que debemos sellar el centro del volcán.
Aquello no sería demasiado difícil, aunque no podía ni imaginar que nos aguardaba en el interior del volcán, nada bueno, eso seguro...

Quedé con la boca literalmente abierta al ver al monstruo que tantos problemas nos estaba dando, y me asusté de veras cuando aquella bestia sin escrúpulos mandaba a pique al gólem que Madness había hecho cobrar vida. Pensándolo bien, si alguno de los dos nos acercábamos, no duraríamos mas de dos segundos, por lo que, según mis deducciones, deberíamos centrarnos en dar golpes certeros y contundentes. Suspiré con pesadez, aquello no iba a ser fácil, pero yo quería mi recompensa. Caminé con cuidado entre los riachuelos de lava, elevando progresivamente mi velocidad, hasta que, llegando a una roca más elevada, conseguí darme impulso y caer de pie sobre Gogros, mi idea era bien clara: usar el puño de agua para cegar al demonio desde una distancia peligrosamente cercana. Tuve que sujetarme al bicho, ya que había detectado mi presencia y se movía violentamente, como si quisiera quitarse a un molesto mosquito de encima, pero no desistí. La dura piel de aquel monstruo era incandescente, aunque, gracias al poder de agua logré aguantarme sobre él sin quemarme demasiado, en cuanto me situé en la posición correcta, cambié de idea, y centré mi objetivo en la enorme boca de mi rival.
-Maldito bicho... estate quieto- mascullé mientras cargaba el puño y saltaba de manera que quedara unos segundos en el aire frente a él- ¡Ya te tengo! ¡Puño de Agua!
El puño de agua alargó mi brazo y se introdujo de lleno en las fauces del demonio,, haciendo soltar a este un gruñido de dolor, y lanzándome a mi por los aires, aunque ya tenía calculadas las distancias, y me limité a caer con los pies sobre una de las paredes de roca y volver a darme impulso. Observé como la bestia se retorcía de dolor, aquel golpe de agua podía ser la perdición de un ser ígneo, aunque, hasta que recuperase las fuerzas, yo no sería de mucha ayuda.
-Lo siento- le dije a Mad- pero vas a tener que continuar sin mi un rato.

Increíble, aun estando en una situación como aquella, Mad seguía bromeando, aquello me hizo sonreir, me gustaba que siempre tuviera una sonrisa en el rostro, para complementar mi falta de expresividad. Aunque, cuanto más se esforzaba él y más lo lastimaban, a la vez crecía mi sentimiento de que yo era inútil. Y no me gustaba ser inutil, por lo que comencé a pensar la manera de librarnos de aquella bestia de una vez por todas. De repente, me fijé en algo, antes de que el puño de agua lo golpeara en la boca, Gorgos lanzaba fuego por ella, pero ahora parecía tener unas dolorosas yagas en el interior de las fauces. Eso es, Gorgos era débil al agua, como cualquier ser de fuego, lo único que había que hacer era "apagarlo".
Me levanté de un salto y corrí hacia donde estaba Madness con decisión.
-¡Mad, Apolo, cambio de planes!- dije formando una burbuja de agua alrededor de mi puño y preparando otra para Madness- ¡Golpeale con esto, el agua apaga el fuego!
A pesar de que yo no tenía ni mucho menos la fuerza de Mad, golpee a Gorgos en puntos estratégicos con aquel curioso uso de mi burbuja de agua, una buena idea que no duraria mucho, pero justo para acabar con el demonio, el cual, en cada lugar que golpeaba, tenía una nueva y supurante herida, aquello estaba por terminar. Cuando Gorgos comenzó a retroceder, sonreí a Mad, no tardaría demasiado en caer definitivamente y podríamos marcharnos de aquel lugar, ya que mi compañero estaba mas lastimado que nunca, anoté mentalmente reprenderlo después.

En cuanto mi puño se estrello por última vez contra la bestia, mi sonrisa se ensanchó enormemente, por fin todo había terminado, y positivamente. Miré a Mad, sin saber que decir, no tenía palabras para describir mi gratitud hacia él, de manera que simplemente, me limité a abrazarlo, quizá es verdad que una imagen vale mas que mil palabras. Pasé su brazo sobre mis hombros para ayudarle a moverse mejor.
-No soporto que siempre acabes hecho un desastre por mi culpa- dije con una sonrisa triste- pero de verdad, voy a desarrollar una técnica de protección absoluta para que no sea golpeada más veces tu espalda.
Bromeaba, si, porque en aquel momento era lo único que se podía hacer, caminamos lentamente por los pasillos del volcán hasta que por fin e fresco aire nos dio la bienvenida. El sol ya había caído, y las estrellas teñían el cielo con su tenue resplandor, nos habíamos retrasado mucho, pero daba igual, por fin había terminado.
-Te aseguro que te voy a encadenar a un poste para que no hagas misiones hasta que te cures- dije seriamente, la verdad era que estaba preocupada, pero sabía que no podría mantenerlo alejado de una buena aventura ni con siete candados.

MISIÓN FINALIZADA