Plantas Peligrosas (Taly Hadeslynn X Jerico Junkers)

Descripción: Azuma Senjougahara a pesar de no ser millonario es reconocido en la ciudad Harujion por poseer uno de los jardines botánicos mas exóticos y mas peligrosos de todo Fiore: "El mundo mágico de las plantas carnívoras". El punto es que los jardineros comunes no se atreven a ayudar al hombre mago de las plantas en sus labores de cuidado de éstas, y los que se han atrevido y no han usado magia, han salido siempre de alguna u otra forma heridos. Tu misión es ayudar a este hombre con las labores de cuidados de las plantas: podar, regar y alimentar estas bestias con clorofila. ¡Y cuidado que muerden!

Camine entre el camino que me llevaba a la mansión indicada, una joven sirviente de unos escasos veinte años nos esperaba
-por aquí joven de Fairy Tail...espero disculpe a nuestro amo pero este quería que su misión se hiciera a la brevedad posible que también incluyo a varios magos...como entenderá no es una misión sencilla...-
Comento la chica mientras camine entre los pasillos de la mansión y otra señorita menor de edad; “maldito enfermo lolicon” pensé para mi mientras la misma chica me dio una pequeña bolsa con lo necesario para “derrotar” la infestación, al entrar al patio detrás de este un gran bosque se alzo mi sorpresa era también por la gran cantidad de magos y cazarecompesas que ahí se dieron cita
-vaya...no sera una misión sencilla...que suerte tiene este tipo al pedir a toda la elite de fiore...-
Comente mientras una sonrisa salio de mis labios y la chica se retiraba para ir por mas magos que se daban cita

Otra misión ocasional como las que había aceptado los últimos días, era el motivo por el que me encontraba en Fiore. Y ahora no se trataba de asesinar arpías, sino de labores de jardinería.....cosa normal si no fuese por que se trataba de plantas carnívoras. En fin, necesitaba el dinero y esta sería una buena paga, así que esperaba terminar pronto el trabajo para poder cobrar la recompensa e irme a otro sitio. ¿Dónde iría? No lo sabía, pero no me quedaría en esta ciudad ni un minuto más.
Caminé por la brecha que me llevaría hasta el invernadero donde se encontraban las plantas carnívoras, siendo guiada por el dueño del jardín, que me instruía en la misión. Esto era una cuestión crucial, si lo hacía mal, no saldría viva de aquí y eso era complicado.... así que tenía que intentarlo.
Al llegar, no me podía creer quien estaba ahí también, e intenté reprimir mi sonrojo, para no parecer tan obvia, aunque me alegraba verlo. Me sentía feliz por compartir otra misión a su lado. -Parece que volvemos a hacer equipo.-Dije de forma despreocupada.

Escuche una voz conocida y un olor que podía reconocer sin siquiera pensar en mas,me gire y note a la pelirroja vestida de negro y camine a su encuentro
-si y sinceramente Hada...-
Este diminutivo pensando en su apellido se me hacia perfecto para Tali, mas las presentaciones se terminaron cuando el dueño de la mansión,un hombre regordete y bigotón de aspecto gracioso se presento llorando casi
Azuma Senjougahara-MIS PLANTAS MIS AMIGAS MIS GRANDES HIJAS SE HAN VUELTO LOCAS...NECESITO DE LA AYUDA DE TODOS LOS MAGOS YA QUE NO SON PLANTAS NORMALES...ELLAS NECESITAN DE LA AYUDA DE PERSONAS COMO USTEDES...POR ESO LAS BOLSAS QUE TIENEN SON LO QUE NECESITAN PARA PODER AYUDARLAS A CALMAR...POR FAVOR...LAS AMO TANTOOO....
Nos comento antes de tirarse a llorar como una damisela en desgracia y asi los magos rieron, pero caminaban a su encuentro con estas plantas, la cantidad minima de magos era de unos cincuenta
-Hada... no te separes...sabes que nunca me he fiado de misiones de corte...sencillo...-
Dije mientras espere su mano cuando estire la mia...

-Me alegro de verte, Jerico- Le dije con una sonrisa mientras lo miraba. Ésta era otra misión en la que coíncidiamos, lo cual era bastante extraño. Tal vez debería comenzar a pensar en que me estaba siguiendo o algo por el estilo, por que tanta coincidencia era extraña. Pero mentiría si dijera que no deseaba nada más que llevar esta misión a cabo con él.
Traté de no dar a notar mi emoción, pero la verdad es que realmente estaba encantada de la vida al volver a verlo.
Aún no había olvidado aquella misión y debía reconocer que ambos éramos un gran equipo y nos habíamos acoplado bien en aquella isla mientras luchábamos con las arpías. Y después de aquella misión yo...había curado sus heridas y nos habíamos encontrado de nuevo en Magnolia, pasando un encantador día.
Escuché la explicación del dueño de las plantas, aunque no presté demasiada atención, pero hice como que sí. -No me separaré....-dije apenada, cogiendo su mano para unirla a la mía.

Caminamos entre los magos mientras noto que lo que era un bosque es en realidad la parte exterior de un gran casi gigantesco hibernadero, este se alzaba por no se cuantos metros y su extensión debiera ser el doble o el cuadrupe de lo que podía pensar, al entrar una gran fuente y miles de plantas adornaban el paso.
Mas haya se alzaban varias puertas pero había algo en el aire mientras caminaba entre este gigante jardín interior, de entre las plantas que había había unas que no reconocia y en especial unos tallos que habían roto el piso y se alzaban por todo lo alto; estas enredaderas se afianzaban en la estructura y sobre de estos había unos pequeños bulbos en otros mas grandes hasta que mire unos de un tamaño caso como el torso de un humano promedio y aun mas estos de un color rojizo y naranja
-no me gusta nada...-
Comente mientras seguia tomando la mano de Tali y me detuve un momento

Al ir avanzando, noté que el sitio era mucho más grande en extensión de lo que me había imaginado. Aún así, no quise darle importancia y seguí caminando, aferrada a la mano de Jerico, pues temía perderme en aquella vasta extensión de terreno. Decir que me daba miedo, pera poco, pues pronto pude darme cuenta de la magnitud de aquellos tallos y esos enormes bulbos. Ok.... tal vez debía irme pensando si había hecho bien en aceptar una misión así, pero sabía que si hacía equipo con Jerico, no me dejaría morir sola. Él era un tipo de ley y yo confiaba plenamente en él.
Con una sonrisa, continué caminando, aunque mi valentía se desmoronaba a cada paso que daba; seguí avanzando, intentando no imaginar de que tamaño serían esas plantas que habría que podar, pero si esto era solo la parte inferior.... no quería imaginarme lo que vendría después. Al ir rumbo al invernadero, casi a punto de llegar, algo hizo que me tropezara y cayera al suelo estrepitosamente. Con horror, contemplé que se trataba de un torso humano en descomposición, siendo devorado por los bichos, mismos que subían por mi brazo. No pude hablar, pero sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas, aunque no podían salir, pues luchaba por reprimirlas a como diera lugar.

La chica que iba afianzada a mi mano tropezó, aunque trate de sostenerla termino cayendo, mas esta joven comenzo a gritar de una forma aterrada que me recordo a mi cuando...tengo esa fobia a las serpientes asi que rodeandola con mi brazo decidi hacer algo para ayudarla asi que agite mi brazo sobre de ella, hasta sus piernas y con solo la fuerza centrifuga de mi brazada los insectos salieron despedidos, la mira y quitandome la capa la coloque sobre de ella
-no te preocupes por los insectos yo te protegere de ellos con toda mi fuerza...-
dije con una sonrisa en mis labios y me puse en pie mas un olor a putrido me vino a la nariz y fue en ese momento cuando estuve en su compañía levantándola que note la gran cantidad de muertos que había tirados todos hechos polvo
-pero que es esto?...-
Pregunte al momento que los magos que se adelantaron empezaron a gritar a todo pulmón, en ese momento cuando levanto la mirada y acerco a Tali a mi pecho y alejarla de la estampida; en ese momento noto que los retoños mas grandes comienzan a temblar y de un momento a otro se abren, todo esto en menos de un segundo y expulsan una especie de burbuja cuyo interior tiene como semillitas que al entrar en contacto con lo que tocan explotan, esta burbuja a pesar de lo que tienen a vista al explotar sueltan un liquido viscoso que al tocar a algunos magos, empiezan a arder a derretirse como si de una especie de acido se tratare.
Aun con tali en mis brazos la alejo y sin querer piso los fiambres de un hombre que me hacen resbalar y pegar de golpe contra un retoño rojizo, este tiembla justo como vi que lo hacían los otros...

Insectos, insectos por todos lados... no podía hablar por el miedo que me producían; aún sentía el escozor producido por sus diminutas patas en mi brazo. Solo fui consciente de que Jerico me puso en pie y me colocó su capa. -Vale...gracias...-Susurré, aunque aún corrían las lágrimas por mi rostro, pero ya no como antes. La verdad es que me había visto demasiado tonta al reaccionar así, pero no podía evitarlo, me recordaba mucho a aquella ocasión que había sucedido demasiado tiempo y que creí había olvidado.
Pronto, un olor putrefacto envolvió el ambiente y no pude evitar una mueca de asco. Más restos humanos quedaron al descubierto y mi sorpresa fue evidente: esto no se mencionaba en el contrato de jardinería. Todo empezó a temblar y de golpe, las flores dentadas se abrieron, revelando esos dientes que parecían ser sierras filosas, amenazantes.

Cuando choque con la planta esta expulso la esfera con liquido nocivo, esta exploto en mi rostro mas mi cuerpo no dejo de abrazar a mi damisela de mis brazos, solo la aleje mientras de mi rostro salio un vapor producto de este acido derritiendo todo lo que había. Paso junto un mago que se derretia hasta los tobillos y del suelo emergían las plantas carnívoras de tamaño similar a los brotes que expulsaban ese liquido que en mi cabeza pensé que era digestivo
-serpientes...-
Comente mientras salía del vapor producido por el liquido digestivo y se hizo evidente que el acido exploto en mi rostro protegido por mi casco de batalla, pero el daño era tal que perdió mucho del brillo platinado haciéndolo ver opaco menos gallardo
-le temo a las serpientes...-
Conteste mientras mi casco, las hombreras y el peto desaparecían, ya que esas piezas estaban llenas de acido.
-y pienso que esta como siempre no es misión sencilla...jumph...-
Agrege mientras sonreía mirando las plantas llenas de dientes y retoños lanzando sus liquidos digestivos

Aún seguía asustada por todos aquellos insectos, pero cuando el ácido gástrico de las plantas fue lanzado hacia nosotros, debía admitir que el terror superaba mis expectativas. Ver a una serpiente no me asustaba, pero al parecer a Jerico sí, y ya que prácticamente se había quedado sin armadura por estarme protegiendo, era mi turno de hacer lo mismo por él.
Me bajé de sus brazos como pude, aunque el terror seguía ahí y comencé a hacer fluir la oscuridad, envolviéndonos en una densa penumbra, pero que solo nos rodeaba a nosotros dos, lo cual nos permitiría avanzar a través del jardín, haciéndonos ganar tiempo para poder atacar con mayor facilidad. La misión era complicada, pero ya debíamos ir pensando en algo o terminaríamos siendo estiércol para jardín. Y no quería terminar mis días así.
Tomé la mano de Jerico para guiarlo a través de la nube oscura que nos cubría; a mí me era fácil caminar entre la penumbra, pero sabía que él no estaba acostumbrado y no quería que volviese a asustarlo alguna serpiente o algo parecido. -¿Algún plan en mente? Pregunté en voz baja, mientras caminaba con cuidado para no dar un paso en falso.

Justo cuando la chica tomo mi mano y hablo por entre la penumbra que nos cubrió, las plantas eran mas evolucionadas y tomaron con sus enredaderas a Tali alejándolas de mi.
-HADA...DEMONIOS...-
No importando donde la llevaran un destello de luz brillo entre la penumbra y se cortaba producto de la neutralización de Requiem y note justo la zona donde estaba apunto de ser comida
-HADA...-
Exclame en el momento que salta antes que una planta me tomara, en el aire tome el tallo que tenia a mi compañera y la arranque de un golpe, aunque al caer la tenia aun enredada y podría agregar que de una forma bastante peculiar...digamos que sera complicado bajar por su falda, pero mi sonrojo es acortado por un terrible alarido de una chica que grita de dolor como si fuere torturada, mas sin terminar lo dicho las plantas que nos atacaban también se retuercen de dolor
-que fue eso...-
Comente mientras tome una liana que abrazaba su busto y arrancaba

La penumbra que nos envolvía, fue disipada de pronto por que sin esperarlo, una de las enredaderas de aquellas enormes flores, me tomó por sorpresa y me alzó en el aire, jugando conmigo como si yo fuese una especie de muñeca de trapo, o en el peor de los casos, de comida...
-¡Bájame de aquí, maldita bestia clorofílica! ¡Suéltame!-Grité, pataleando a la vez, aunque con todo aquel movimiento, mi vestido se alzaba más y más, por lo cual, usé ambas manos para evitar que la tela siguiera revelando algo que no debía. Observé con miedo como esos tallos buscaban colarse por mis prendas y grité con más fuerza, sin dejar de moverme.
Al fin, Jerico pudo rescatarme cortando aquel tallo y caí de rodillas sobre el suelo, golpeándome y sintiendo como mi pelvis era presionada con fuerza por aquella planta, haciéndome gritar. Escuché el grito de la chica, pero estaba más ocupada en que aquel tallo no se colara por mi ropa más de lo que debía...

Quitándome un poco del pudor con un suspiro, tomo la liana que tiene Tali entre las pienras y casi tocando lo indebido arranco esa cuerda viviente que termina cediendo y liberando gran parte de su cuerpo, mas la tencion que me compete es el grito que continua por largo tiempo, mientras sigo desenredando a Tali con un poco de pena y vergüenza analizo las plantas y estas no atacan hasta que la chica se calla
-si...por que no lo pensé antes, Hada quítate la de arriba en un momento regreso...y cuando lo hagas corta lo que puedas quiero comprobar algo...-
Comento al instante justo de tomar mi clásica espada y saltar sobre las plantas, estoy cerca de las que lanzan ese liquido digestivo y con fuerza aprovechando todo meto mi mano cubierta con el guantelete y viajo dentro como su destripara un pavo, toco el fondo en especial el centriolo
-con esto basta...-
Jalo con fuerza sacando el nucleo y al hacerlo la planta se abre y desprende un viscoso liquido que no es el diestivo...

Usé mis manos para cubrir mi rostro y que Jerico no viera el sonrojo evidente por aquella vergonzosa situación. De no ser por que mi integridad....física... sí, física, dependía de ello, se habría llevado una buena bofetada. Y es que sentir sus manos cerca de mis piernas tratando de quitar esa estorbosa liana era incómodo y podría malinterpretarse fácilmente. Hasta yo podía pensar lo peor si no estuviera en una situación así.
-No toques más de lo que debes.-Sentencié, dirigiéndole una mirada asesina.
Me aparté de él cuando me lo indicó y me puse en pie, recomponiéndome las ropas, aunque aún seguía experimentando algo de incomodidad por lo sucedido. Esto había sido sin duda lo más morboso y extraño en toda mi vida. Había perdido mi inocencia mental...
Los pétalos de rosa negra fluyeron por el ambiente, haciéndose más densos, lo suficiente para cortar todo a su beso, destazando los tallos y hojas de las plantas, mismas que caían al suelo.

Aun cuando trate de olvidar o solo de distraer ese recuerdo de tocar a Tali un instante no podía, quizás no en este momento teniendo este rival ante nosotros; el estilo podado de Tali hizo que la chica gritara mas y mas aun yo matando los tallos que expulsaban esos liquidos repugnantes.
Aunque lo que quizás necesite fue acercar mi mano y sentir el aroma que despide su piel, solo para poder reaccionar y lanzar mi espada en una dirección donde había mas plantas y podar varias, cada acción de destrozar era mas dolorosa para esta voz
-Hada en esa dirección...-
Exclame señalando la dirección de mi espada, aun cuando una gran planta de dientes se abalanzo en mi caceria sin que pudiera percatarme siquiera, pero aun asi estaba desarmado para poder hacer algo mas que recibir la cruel mordida; eso por que en mis pensamientos y haber leído algo sabia que este hombre que nos contrato hizo algo muy grave...

Aún podía sentir ese suave roce de sus manos en mi piel, haciéndome perder la concentración por momentos; sin duda, distraerme era un lujo que no me podía dar en un momento como ése, cuando la vida de una persona dependía de nosotros. Seguí podando las plantas, usando aquella sombra condensada en forma de pétalos de rosa. Iba a ir en búsqueda de la mujer que gritaba, pero en eso, la orden de Jerico me dio una nueva perspectiva.
Al indicarme el rumbo a seguir con su espada, asentí, preparándome para guiar mis pétalos hacia aquella dirección, cortándolo todo a su paso. -Sí, por supuesto.-Dije en un tono de voz tan bajo, que seguramente no me habría escuchado, pero no importaba. Muy dentro de mí, sabía que esto ya no era solo por el dinero, sino por estar a su lado, luchando los dos juntos y sí, por protegerlo también.

cuando tali corto las ramas corri no sin antes esperarla, pero antes me detuve a medio camino de un túnel adornado con flores pero estas ya estaban muertas, el olor a porquería se hacia mas intenso y ahí mismo me detuve postrándome de rodillas
-ven...-
Comente en secreto a tali mientras los gritos sonaban por todo el hibernadero, asi que era el momento de decirle mi descubrimiento a tali mientras tome el paquete de fieltro que nos dio la sirvienta del hombre, asi aprovechando que tali se incara tome el suyo que por supuesto sabia que podía ponerlo en medio de su busto y asi los abri mostrando dos frasquitos por cada uno, estos pequeños tarros de un tamaño menos que un lápiz eran cristalinos y tenían un color blanquizco; con los dedos rompi las partes superiores y los oli
-preparate por que no sera nada lindo...esto es secrecion de hombre...-
Dije al momento descubri toda esta trampa

El olor putrefacto de las flores muertas hacía que me entrasen naúseas con tan solo respirar. Aún así, seguí a Jerico cuando me lo indicó y me adentré en el túnel, a pesar de que la descomposición de todo cuando nos rodeaba, hacía que moverse o incluso respirar por la boca al hablar, fuese asqueroso. -¿Qué vamos a hacer? Exterminamos la plaga, sí, pero ahora nos falta rescatar a la chica.... ¿Cómo vamos a llegar hasta ella?-Pregunté en voz baja, mientras que analizaba todas las posibilidades.
Si traspasábamos el túnel, podríamos llegar hasta la mujer, pero eso no nos garantizaba salir ilesos o conservar la vida después del rescate.
-Quieres que... ¿Quieres que actúe como cebo para que puedas ir a rescatarla? Si lo hago, te doy más tiempo; si vamos los dos será más obvio y entonces fracasaremos.-Dije, decidida, pues las posibilidades no eran muchas.

Tomando los frascos escuche lo que dijo, pero no dije nada caminando unos pasos y saliendo a una ala que era un hueco donde se alzaba un gran techo, la figura que tenia era un circulo y doblaba el tamaño en altura y hacia abajo era un hueco sombroso donde en medio de un pilar había una extraña flor y sobre de esta había una especie de capullo de extraña forma, sus raíces salían de entre este pilar y se incrustaban en todos lados, todos estos tallos tenían las plantas carnívoras y los retoños digestivos, lo único que lance eran los frascos y termino regándose frente a unas escaleras que descendían a la nada, ya que solo era una caída de varios metros a estas raíces
-no Tali...la plaga es la misma chica...lo que hay en estos frascos es esperma...esperma de hombres ahorcados...esto ha sido una trampa desde el inicio...-
Comente sin recordar que este mismo esperma que tenia en las manos y escurria por mi guante al momento de mirar esa flor la cual reconoci por un libro del gremio....la llamada planta maldita y viviente como humana Mandragora o tambien conocida como Alraune

Resoplé furiosa al ver como era ignorada por él. Abriéndome paso, lo empujé para salir primero y desafiante, ni siquiera me digné a mirarlo. Acomodé mi cabello en actitud despreocupada y cuando por fin logré llegar al final de aquel túnel, lo que vi me sorprendió demasiado.
Unas mandrágora gigante ocupaba casi en su totalidad, las hectáreas de terreno que componían el invernadero; el chillido estridente producido por aquella planta, era algo que mis oídos no podrían soportar si seguía escuchándolo por demasiado tiempo. Me envolví en un halo de oscuridad, caminando de nuevo entre las sombras para llegar justo enfrente de aquella planta. Las mandrágoras pequeñas chillaron a la par que la mandrágora madre, pero intenté ignorar aquel ruido. Pronto, mi nube se disipó, lanzando una lluvia de pétalos negros hacia esas plantas.

Quedé cara a cara frente a la mujer mandrágora, mirándola con desdén y a su vez, ella a mí. -No eres más que una planta que se pudre minuto a minuto, no importando que hagas, a cuantos hombres asesines para alimentarte, estás marchita.-Le dije, arriesgándome a despertar su furia por completo, pero no me importaba. Alguien tenía que acabar con esto para que no siguiera causando muertes inocentes. De ninguna manera permitiría que sucediera lo mismo en la misión de la isla. Esta vez salvaría las vidas que pudiera, aún si moría.
Pero las cosas no estaban saliendo como había planeado, en la escalinata, Jerico yacía inmóvil y en ese instante temí lo peor; aún así, Alraune no me dejaba mucho espacio para moverme, por lo cual la única opción era hacerle frente. -Nunca debiste usarlo a él, te haré pagar por eso. Cuando termine contigo, lo único que quedará de ti, son los bichos que habrán de comerte, maldita planta.-Dije decidida.

Apreté los puños con furia cuando vi aquel beso que le daba. Sabía que él no lo hacía estando consciente, pero eso no expiaba su culpa tampoco. -Eres una...-No terminé la frase, pues en eso me dirigí a mirar a Jerico. -Y tú eres un dejado-Dije, mientras le sacaba la lengua en actitud de burla. De pronto, el tajo de su espada en el aire, me advirtió que eso no iba a broma, sino que estaba actuando demasiado en serio. Ágilmente, me moví para esquivarle y al hacerlo, parte de mis ropas fueron rasgadas, revelando parte de mi piel y haciéndome unos ligeros cortes sangrantes, pero eso no me detendría.
Concentré la oscuridad en mis manos, comenzando a formar una especie de vórtice en espiral que envolvió a Jerico, de tal magnitud que le dificultaría ver y moverse, pero de algún modo necesitaba detenerlo.