Plantas Peligrosas (Taly Hadeslynn X Jerico Junkers)

Recuerdo del primer mensaje :

Descripción: Azuma Senjougahara a pesar de no ser millonario es reconocido en la ciudad Harujion por poseer uno de los jardines botánicos mas exóticos y mas peligrosos de todo Fiore: "El mundo mágico de las plantas carnívoras". El punto es que los jardineros comunes no se atreven a ayudar al hombre mago de las plantas en sus labores de cuidado de éstas, y los que se han atrevido y no han usado magia, han salido siempre de alguna u otra forma heridos. Tu misión es ayudar a este hombre con las labores de cuidados de las plantas: podar, regar y alimentar estas bestias con clorofila. ¡Y cuidado que muerden!

Camine entre el camino que me llevaba a la mansión indicada, una joven sirviente de unos escasos veinte años nos esperaba
-por aquí joven de Fairy Tail...espero disculpe a nuestro amo pero este quería que su misión se hiciera a la brevedad posible que también incluyo a varios magos...como entenderá no es una misión sencilla...-
Comento la chica mientras camine entre los pasillos de la mansión y otra señorita menor de edad; “maldito enfermo lolicon” pensé para mi mientras la misma chica me dio una pequeña bolsa con lo necesario para “derrotar” la infestación, al entrar al patio detrás de este un gran bosque se alzo mi sorpresa era también por la gran cantidad de magos y cazarecompesas que ahí se dieron cita
-vaya...no sera una misión sencilla...que suerte tiene este tipo al pedir a toda la elite de fiore...-
Comente mientras una sonrisa salio de mis labios y la chica se retiraba para ir por mas magos que se daban cita

Eso era difícil ¿Cómo iba a luchar para derrotar a Alraune sin lastimar a Jerico? No pude mantenerlo en el vórtice tanto como hubiera querido, pues un destello de luz terminó por romper el encantamiento. Jerico avanzó, como si fuese un zombie dispuesto a atacarme. -¿Es realmente necesario esto?-Dije, retrocediendo unos pasos, para alejarme de Jerico, pero en la dirección donde Alraune estaba sentada en las escalinatas. -Podemos negociarlo...- Dije, mientras iba avanzando más y más de forma regresiva.
Activando el sello, Yuesville apareció, esperando que con su intervención, yo pudiese ganar el tiempo suficiente para poder deshacer el encantamiento del beso de Alraune para que todo volviera a la normalidad. Corrí tan rápido como pude, llegando a posicionarme detrás de Alraune y grité, sosteniéndome en sus hombros para inmovilizarla. -¡Acá estoy, Jerico!-Grité, esperando que mi plan resultara.

Al momento en que la espada fue lanzada, alcancé a quitarme justo en el momento en que Alraune era empalada por el arma; más no lo hice con suficiente rapidez pues el filo de la misma alcanzó a rozarme. El estruendo de aquel ataque fue tal que fui lanzada hacia la pared, golpeándome la cabeza y sangrando en demasía, pero a la mujer mandrágora no le había ido tan bien.
La sangre fluía por mi rostro y mi cuerpo estaba lleno de pequeños cortes, raspones y heridas menores, más aún así fui capaz de levantarme con dificultad para ir hasta donde ella.
Con una sádica sonrisa, me aproximé hasta donde se encontraba e intenté usar de nuevo las sombras, más no resultaba; furiosa, apreté los puños, y comencé a golpearla con fuerza, arrancando a la vez parte de su cuerpo, destazando la poca humanidad que tenía.

La chica peliroja molia a golpes a la mandrágora, era un castigo suficiente y a la vez parecía demasiado excesivo; mas esto sirvió para que la chica maga no viera que una serie de lianas la tomaran y con la fuerza mas brutal alejarla de Alraune, acto inmediato usarla como martillo por todo el túnel que habían pasado antes de llegar a la misma Alraune, los golpes hacían que las ramas secas se desprendieran cayendo
Dueño de la casa .- malditos magos competentes...la idea era simple revivir a alraune con su magia, y asi llevarla conmigo y que me diera hijos fuertes y poderosos.... pero siempre deben de interferir con su buen trabajo...por eso yo debo de intervenir y mas empezando a matar a esta bruja...
Comentaba el gordo que lloraba en un inicio, pero al tratar de levantar a Tali para hacerla estrellar de cabeza en el piso un brazo se interpuso en su camino tirándolo de tal forma que dio un viaje estegordo por varios metros hasta la fuente rompiéndola
-a tali...no la tocas...-
Comenta Jerico pero evidentemente tan cansado que apenas se puede mantener en pie, pero al mirar a tali con una sonrisa este la toma de donde puede y lanzadola detrás Jerico es empalado por una liana, la misma que una nueva forma de Alraune controla
Alraune.- mira...mi magia volvió...pero pensar que ese gordo poseeyera mi cuerpo que asqueroso...es hora de terminar con esto anciana
La liana deja libre a Jerico y en ese momento todo el sitio comienza a temblar, las lianas con plantas carnívoras y las plantas digestivas se unifican en el abismo donde nacio, estas se juntan y crean una gran planta carnívora tan grande y ten inmensa que pudo cubrir todo el hinvernadero oscureciéndolo y esperando a matar a los dos magos

forma reciente de Alraune:

Las lianas apresaban mi cuerpo con fuerza y fui alejada de Alraune con bestialidad. El hombre que nos había contratado se acercó hasta nosotros. Cuando reveló su plan, no pude evitar sentir un dejo de asco... así que para eso nos necesitaban. Aunque claro, yo no sabía de qué podría servirle yo, si necesitaba el semen de hombres jóvenes para alimentarse.
Alraune iba a descargar en mí el golpe final, cuando la intervención de Jerico me salvó; tambaleante, intercedió por mí para que no me ultimara aquella maniobra. Vi como apenas y podía moverse, así que corrí donde él para ayudarle a sostenerse. -Gracias.-Susurré, después de que aquella liana lo dejase libre por fin. Dejé que descansara pues se había llevado la peor parte, así que lo que debía hacer era terminar esto yo sola. La planta que Alraune creó, fue creciendo hasta ocupar la mayor parte del invernadero, con dimensiones gigantescas, más aquello no me asustó; todo lo contrario, ver a Jerico desfalleciendo por las heridas, me daba fuerza para acabar con ella. -Es hora de terminar con esto, Alraune.-Dije, moviéndome de forma ágil para tomar las lianas espinosas con las manos y hacer presión en ellas, clavando en mi piel aquellos punzantes bordes. Sangraba a más no poder, pero con toda mi fuerza, conseguí arrancar de tajo los primeros tallos.

No me asustaba morir ahí. Sabía que ella tenía plena ventaja sobre mí y con aquella serpiente hecha de plantas y raíces, sería fácil ganarme. Pero yo no podía darme por vencida así de fácil; todo esto dependía de mí y si no hacía algo rápido, todo estaría perdido. Aquella serpiente comenzó a perseguirme, rompiendo acero y cristal a su paso, y torpemente trataba de esquivarla, más era difícil. Una de las lianas que conformaban la lengua viperina del reptil, se enredó en mi tobillo y me arrastró por todo el invernadero, alzándome por los aires para dejarme caer brutalmente al suelo. Se oyó el crujir de mis huesos y supuse que cuando menos, habían sido un par de costillas. La serpiente me dejó tranquila, rondándome en círculos; me arrastré como pude hasta su cabeza y comencé a golpearla, mientras el cuerpo de la misma se envolvía en el mío, presionando hasta que me comenzó a faltar el oxígeno. Mis pupilas se dilataron, pero más por inercia que por fuerza, seguí golpeando como pude y con cada puñetazo, enterraba mis manos en la cabeza de la misma.

Antes de que la serpiente pudiera hacer algo mas y tirarse de encima a la chica, la cual cae aparatosamente parecía todo casi perdido; mas aun cuando Alraune parecía ganado esta misma daba un paso ante la joven pelirroja y se reia con grandes bocanadas ante lo inútil de esta pelea
-bien bien bien solo será una batalla tan fácil que ni siquiera sude, no se como pudiste derrotarme pero ya no ocurren esos milagros dos veces...pero antes de cualquier cosa creo que primero hare lo que siempre desee...-
Dándole una patada a modo de burla Alraune camina toda sensual y provocativa en dirección de Jerico, al llegar le da una vuelta dejándolo de espaldas y se sienta sobre de el; acariciando todo lo que le agrada y hasta que presiona su pecho
-a que sabra su corazón...siempre me pregunte...quizas lo sacare y lo comeré...-
Pero antes que ella dijera algo un circulo de invocación aparece entre la chica pelirroja y el par que están a unos pasos, en ese momento Requiem aparece frente a Tali, misma espada que fue convocada por Jerico con lo poco que le quedaba de energía, antes que Alraune presionara su pecho y empezando a tronar las costillas para destaparlo

Todo estaba perdido. La única cosa que lamentaba era que me había derrotado de una manera tan lastimera, que mi cadáver no sería reconocido o encontrado nunca. Lo peor de todo es que tampoco había podido salvar a Jerico ni a Yuesville. Un círculo luminoso me rodeó por completo y frente a mí apareció Réquiem, justo cuando Alraune comenzaba a quebrar las costillas de Jerico para tomar su corazón. Tomando la espada en mis manos, me levanté como pude, tambaleante y cansada, pero sonriendo. Ahora sí que podía tener oportunidades de ganar y si la suerte me favorecía, acabaría con esta pesadilla de una vez por todas.
-Nunca....sabrás...como es su corazón...- Dije, empuñando la espada con ambas manos y corriendo en dirección a Alraune, atravesándola. No conforme con esto, quité la espada y de un tajo, la degollé.

Me dejé caer desfallecida después de la ardua lucha en que había resultado victoriosa. La espada de Jerico cayó a mi lado y cerré los ojos, dejándome abrazar por el dolor y la inconsciencia. Desperté al poco rato, siendo atendida por las damas que estaban en esa casa y vi como mi compañero también. Me dolía todo el cuerpo como nunca, y estaba prácticamente vendada de pies a cabeza, pero no importaba. De Alraune, lo único que quedaban eran simples restos de lianas...
Tomé el portafolio que la chica me extendía con la recompensa y le sonreí, agradecida, aunque con cada expresión que hacía, me dolía mucho más todo....
-No es nada... me alegra que ya se hayan librado de Alraune. Bueno, creo que será hora de irnos, ya hemos terminado.-Dije con una sonrisa, divertida pero preocupada a la vez por nuestras heridas.